06/11/2025
La enfermería cumple un papel clave en el proceso de diagnóstico, tratamiento y seguimiento de un niño con cáncer.
La Unidad de Oncología Pediátrica está liderada por médicos especialistas y trabaja de manera coordinada con psicólogos y personal de enfermería. Este último grupo cumple un rol multidimensional que abarca todas las funciones propias de la profesión: asistencia clínica, educación, contención y gestión del cuidado.
Así lo explica Valentina Rodríguez, enfermera coordinadora de la unidad: “Nuestro papel es acompañar y brindar cuidados integrales al niño y su familia durante todo el proceso de diagnóstico, tratamiento y seguimiento. La enfermera oncológica pediátrica combina conocimientos técnicos especializados con una profunda vocación, entregando cuidados seguros, compasivos y personalizados”.
Valentina agrega que su misión es ser “un pilar técnico, de contención y educación, que promueva siempre la dignidad y el bienestar del paciente y su familia”.
Actualmente, el equipo de enfermería está conformado por enfermeros de Pediatría y del área ambulatoria del Centro del Cáncer, junto a TENS, todos capacitados en distintas modalidades para atender las particularidades de los niños con diagnóstico y tratamiento oncológico.
Las principales áreas de trabajo del equipo de enfermería se dividen en:
“Para trabajar en oncología pediátrica se requiere una formación sólida, habilidades en cuidados específicos, comunicación empática, capacidad de enfrentar el dolor y la carga emocional sin perder la sensibilidad, y trabajar de forma colaborativa con el equipo multidisciplinario”, aconseja Valentina.
Mirada integral y nuevos desafíos
El trabajo de enfermería en oncología pediátrica no se limita al cuidado directo. También aporta una visión integral al equipo interdisciplinario, contribuyendo a la toma de decisiones clínicas y al bienestar global del paciente. Cada integrante combina alta competencia técnica con una profunda vocación de servicio, empatía y disposición para escuchar y acompañar.
Finalmente, el equipo proyecta nuevas líneas de trabajo con foco en mejorar la calidad de vida de los pacientes: “Uno de nuestros próximos desafíos es desarrollar programas estructurados e interdisciplinarios que no solo se orienten a la sobrevida, sino también a reducir las secuelas a largo plazo derivadas del tratamiento”, concluye la enfermera coordinadora.
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