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26/07/2021

“Estoy muy orgullosa del trabajo que realizamos”

Conversamos con Alejandra Galiano sobre el estudio de dotación de enfermeras en hospitales, publicado en la prestigiosa revista The Lancet Global Health. En esta entrevista nos cuenta cómo fue dedicar tanto tiempo a esta investigación, las anécdotas del trabajo de campo y los resultados que reflejan una cruda realidad en el país.

Alejandra Galiano, enfermera coordinadora de Práctica Basada en Evidencia, trabajó más de 3 años en este proyecto que partió gracias al trabajo de un grupo de investigadores en Estados Unidos. Grupo liderado por Linda Aiken, enfermera investigadora que trabaja en la Escuela de Enfermería de la Universidad de Pennsylvania y que lleva años investigando sobre la estandarización de la dotación de enfermeras en los hospitales del mundo y del impacto que esto tiene en la salud de las personas.  “Habíamos leído su trabajo, la admirábamos mucho y la invitamos a la Escuela hace muchos años atrás y le propusimos hacer la investigación en Chile y fue una grata sorpresa que nos dijera que sí”.

Tras esa confirmación, se pusieron a trabajar rápidamente. El grupo estaba integrado por Marta Simonetti, enfermera e investigadora de la UANDES, Consuelo Cerón, decana de la Escuela de Enfermería de la Universidad y Alejandra Galiano. 

En esa fecha, Marta Simonetti se encontraba realizando un doctorado con el grupo investigador de Linda Aiken, de quienes aprendió su forma de trabajo, las metodologías utilizadas y los conocimientos que transmitía al resto del equipo en Chile. Durante ese tiempo el grupo de USA visitó Chile en dos ocasiones para apoyar a las investigadoras. Posterior a eso, Alejandra viajó a Estados Unidos a conocer a los expertos.  “Tienen un equipo que trabaja junto hace muchos años, que lo componen estadísticos, demógrafos, ingenieros, enfermeros; personas muy capaces que fueron generosas con sus conocimientos. Trabajar con gente tan experta, fue realmente increíble”, destaca Alejandra Galiano. 

De ese grupo de expertos, Alejandra aprendió mucho sobre la importancia del trabajo en equipo, como cada integrante brinda experiencia desde su mirada, y sobre el respeto, con el que cada uno trabaja con un objetivo muy claro y específico, y como estos elementos enriquecen el trabajo en común. 

Una vez que Marta terminó su doctorado volvió a Chile y se sumó al equipo, el que se volcó a la investigación, de una forma muy rigurosa, y a recorrer nuestro país en búsqueda de datos. Este trabajo en terreno las enfrentó a varios desafíos, algunas aventuras y mucho aprendizaje. 

¿CÓMO SE HACE UN ESTUDIO?

Lo primero que hay que definir es lo que se quiere estudiar. Es la parte inicial de toda investigación y toma mucho tiempo. El grupo en Chile se demoró alrededor de un año en estudiar, pensar, tener claros los objetivos del estudio y en definir cómo lo iban a llevar a cabo. 

Luego viene el trabajo de campo, es decir recoger la información.  Para este estudio las investigadoras realizaron una extensa recolección de datos en 40 hospitales de nuestro país, 34 públicos y 6 clínicas privadas, a través de encuestas realizadas a 1.652 enfermeras y 761.948 pacientes. “Hay mucha burocracia para acceder a los hospitales, tuvimos que presentar a los comités de ética de cada uno, necesitábamos la autorización del director de todos los hospitales, fuimos citadas a presentar el proyecto y teníamos que partir de un minuto a otro en tren, avión o lo que fuera, y después esperar que estudiaran la petición”.

Luego de obtener las autorizaciones, tuvieron que contactar a las enfermeras jefes para poder acceder a sus servicios médico quirúrgico, entregarles las encuestas y autorizaciones para poder entrevistar a más de 50 pacientes en cada hospital. “Viajábamos a conversar con ellas, de Arica a Punta Arenas, para explicarles la importancia de este proyecto y que nos dieran las facilidades de entrar a sus unidades a entrevistar a sus pacientes. Fue un trabajo arduo, de más de un año”. 

Con todos estos procesos listos, el equipo se dividió en duplas para recorrer el país levantando los datos en cada hospital. Partían a las 5 de la mañana en avión a Arica, Iquique, Punta Arenas o cualquier otro extremo del país. “Con mi marido nos despertábamos a las 4 am, pasábamos a buscar a la Marta y nos dejaba en el aeropuerto. Llegábamos directo al hospital a trabajar a las 8:30, entregábamos los cuestionarios, nos presentábamos en las unidades, les explicábamos la importancia de nuestra visita y entrevistábamos a 50 pacientes. Ni siquiera teníamos tiempo para almorzar, luego corríamos de vuelta al aeropuerto en la noche y mi marido nos esperaba en Santiago. Fue duro, pero siempre lo logramos”. 

Tuvieron varias anécdotas durante su periplo por Chile. Una de ellas casi las deja bajo el avión. “En Valdivia arrendamos un auto y en la tarde cuando salimos del hospital, ya de noche, teníamos que irnos rápido al aeropuerto y el WAZE nos mandó a un campo al otro lado de la ciudad. ¡¿Qué hacemos acá Marta?! La angustia, la risa, entre lo gracioso y el susto de no alcanzar a llegar a tomar el avión. A mí me gusta llegar adelantada a todas partes, pero estas experiencias me hicieron aprender a flexibilizar, porque siempre éramos la últimas en llegar con nuestras bolsas, encuestas y papeles, que luego ordenábamos arriba del avión. Fue muy trabajoso, sacrificado, pero entretenido y gratificante a la vez”.

Sobre el recorrido por Chile y las relaciones entabladas con las enfermeras de cada hospital, Alejandra tiene la mejor opinión. “Las enfermeras fueron maravillosas, la realidad en las provincias es muy dura para ellas, y son todas mujeres jóvenes. Las veíamos correr de un lado para otro, pero siempre tuvieron tiempo para atendernos, quedamos muy bien impresionadas, y fuimos testigos de que los pacientes estaban contentos con su dedicación”. 

Una vez que recopilaron toda la información, comenzaron con el análisis de los datos para poder leerlos. Se juntaban semanalmente a realizar un análisis por objetivos. Esta parte del estudio fue larga y muy rigurosa. Tuvieron que comparar regiones, lo público con lo privado y hacer un informe de cada hospital comparado con la información nacional. Un compromiso que adquirieron con cada institución, por lo que tuvieron que preparar 40 informes. La idea es que con esa información cada hospital pueda implementar mejoras y tomar decisiones a futuro. Además, hicieron un informe general nacional para compartir con el Ministerio de Salud y para poder publicar.

LOS RESULTADOS

El estudio mostró grandes variaciones en la asignación de pacientes por enfermeras en los distintos hospitales del país. La dotación de enfermeras es significativamente mayor en hospitales privados comparados con los públicos. En los hospitales públicos, las diferencias de dotación se asociaron significativamente a la mortalidad de pacientes y a mayores costos. “La enfermería no ha sido considerada en Chile como una solución a los problemas de calidad y acceso; este estudio muestra que la inversión en mejorar las dotaciones de enfermería resultaría en una mejor calidad de atención y en mayor productividad, lo que podría mejorar el acceso a los hospitales públicos,” explica Linda Aiken, profesora y directora del Center for Health Outcomes and Policy Research de la Universidad de Pennsylvania. 

Los resultados muestran que:

• La dotación de enfermeras en hospitales chilenos es muy inferior a estándares internacionales. En promedio, en Chile una enfermera cuida a 14 pacientes comparado con 5 pacientes en USA y Australia donde se han aprobado leyes que establecen estándares seguros de dotación. Existe una gran variación en dotaciones de enfermeras entre los hospitales públicos, con ratios que pueden llegar hasta 24 pacientes por enfermera.

• La variación en dotaciones de enfermeras se asocia a muertes que podrían ser prevenibles. En hospitales donde una enfermera es responsable de 18 pacientes, los pacientes tienen un 41% más de riesgo de muerte comparado con hospitales donde la enfermera es responsable sólo de 8 pacientes. 

• Mejores dotaciones de enfermería resultarían en costos de atención menores, con ahorros suficientes para invertir en más enfermeras. Las investigadoras estimaron que, en los hospitales con malas dotaciones de enfermeras, el promedio de tiempo de estadía es significativamente mayor y más pacientes son reingresados después del alta debido a complicaciones. Mejorar las dotaciones a 10 pacientes por enfermera podría generar un ahorro anual de $29 millones de dólares por la reducción de días cama, lo cual pagaría los costos de emplear 1.118 enfermeras adicionales, que son las que se estiman necesarias para la meta de 10 pacientes por enfermeras. 

• El estudio reveló que la disponibilidad de camas hospitalarias se ve afectada negativamente cuando hay malas dotaciones de enfermeras. La investigación evidenció que, si los hospitales públicos tuviesen dotaciones suficientes para que las enfermeras no cuidaran a más de 10 pacientes cada una, se podrían ahorrar anualmente 100.000 días de ocupación debido a menores tiempos de estadía y menores reingresos, lo que ayudaría a reducir las listas de espera hospitalarias. 

• Chile tiene una oferta de enfermeras suficientemente grande para mejorar las dotaciones en forma significativa. Nuestro país tiene un nivel de educación de enfermeras de excelencia, con alrededor de 6.000 graduados anualmente. 

“Los resultados de este estudio sugieren que Chile tiene los recursos y los medios para mejorar las dotaciones de los hospitales públicos, aumentando las posibilidades de acceso a atención hospitalaria de alta calidad,” dice Marta Simonetti, enfermera, investigadora líder de la Universidad de los Andes. 

UN HITO DE LA ENFERMERÍA

Este es el primer estudio de estas características en Chile y sus resultados han sido una verdadera contribución para el país, por lo que fueron publicados en la Revista Médica de Chile, y en la prestigiosa revista The Lancet Global Health. “Nos enorgullece muchísimo este estudio, fuera de poder contribuir a resolver un problema país, somos las primeras enfermeras en publicar en esta revista, ningún otro investigador de la UANDES lo ha hecho antes”, explica Alejandra.

La recepción de esta publicación ha sido muy buena, por lo que piensan postular a nuevos fondos de la Universidad para seguir investigando sobre este tema. Ahora, sobre cómo están asignadas las camas en los hospitales públicos del país y la complejidad real de los pacientes. 

“Es muy importante difundir este tema, se sabe poco de la vida laboral de las enfermeras, y de cómo influye en la recuperación de los pacientes. Este estudio pone a las enfermeras como protagonistas en la solución de los problemas de salud. Tenemos mucho que aportar y no se nos había considerado, ahora la idea es contribuir con esta información y que las autoridades consideren esta nueva evidencia para la toma de decisiones”, finaliza.