banner_principal

29/12/2022

La vocación de servicio de Cristián Lucero

Desde niño que es parte del Cuerpo de Bomberos, trabajo que complementa con su labor como TENS regulador de Rescate.

Cristián Lucero trabaja hace nueve años en la Clínica, desempeñándose actualmente como Técnico Regulador del Servicio de Rescate, función que consiste en recibir las llamadas de aquellos pacientes que necesitan ayuda de forma urgente. Adicionalmente, coordina los traslados hacia otros centros médicos de quienes se encuentran hospitalizados en nuestra Clínica y el rescate en el aeropuerto de pacientes internacionales.

Pero también es bombero desde hace diez años y hace cinco forma parte de la Novena Compañía del Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa, que trabaja en incendios y rescates. Esto último es lo que concentra una mayor cantidad de llamados.

Según cuenta, para su trabajo en la Clínica le ha ayudado inmensamente tener esta afición: “como bombero me han tocado escenarios muy complejos, en los que he tenido que mantener la calma para poder ayudar a los demás. Es muy difícil, pues uno realmente queda agotado por la presión, pero hay que concentrarse en resolver”.

Como bombero tiene que estar actualizándose permanentemente y considera que trabajar en el área de la salud es un “plus” porque, por lo general, queda a cargo de la evaluación primaria, que busca identificar posibles lesiones o daños traumatológicos que pongan en riesgo a la persona.

Su primera aproximación a la Institución fue cuando tenía ocho años, iba caminando con sus papás y le llamó la atención un grupo de niños que tenían una escalera de aluminio. “En ese momento me presenté al cuartel, muy tímido porque no sabía a lo que me enfrentaba, y me sumé rápidamente a la Brigada Juvenil del Cuerpo de Bomberos. Ahí me instruyeron, orientaron y disciplinaron. Entonces, a los 18 años ya estaba capacitado para dedicarme a esto y salir a los llamados”, dice

Lo que más le gusta de ser bombero es lo que puede hacer por ayudar a otras personas: “cuando uno se enfrenta a incendios, te das cuenta de que las personas pierden sus sueños en milésimas de segundos, por lo que aportar con un granito de arena para que ellos puedan estar un poco mejor y no pierdan todo, es lo que me motiva. Además, me gusta la visión que tienen los niños de nosotros, ellos creen que somos superhéroes cuando los ayudamos a ellos y a sus familias, y eso es muy bonito y gratificante”.