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11/10/2023

Lo que significa recibir el premio DAISY

Isabel Fuentes nos cuenta sobre este reconocimiento y su vocación como técnico de enfermería en Maternidad.

Renquina de nacimiento, Isabel vive con su hija a pasos de sus padres, quienes son pilares fundamentales en su vida. Esta técnico en obstetricia cumple 9 años en la Clínica en febrero, y a través de un emotivo relato, fue reconocida con el segundo Premio DAISY del año, iniciativa que busca honrar el cuidado compasivo que los enfermeros, matrones y TENS realizan por los pacientes y sus familias.

¿Qué significó para ti ser reconocida con el Premio DAISY?

Todavía lo estoy asimilando, es un reconocimiento muy lindo porque está directamente relacionado con lo que uno hace diariamente en el trabajo. El hecho de poder empatizar con una persona en especial y que haya logrado captar lo que yo quería entregarle y que, además, lo haya plasmado en papel, me reafirmó que lo estoy haciendo bien. Pese a que no todos los pacientes agradecen de la misma manera, que uno haya sentido una atención especial, me hace sentir afortunada. Por otro lado, durante la ceremonia viví lo que representa el valor de la familia en esta Clínica. El hecho de que hayan invitado a mis papás, y que mis compañeras y jefaturas se dieran el tiempo de ir, me hace feliz.

¿Qué te llevó a ser técnico en obstetricia?

Desde pequeña, mi madre siempre fue una persona muy frágil en cuanto a salud, por eso, constantemente visitábamos hospitales, centros médicos y consultas, y creo que por el hecho de tener un familiar en esa situación, que necesitara un poco más de apoyo y atención, uno piensa que, si supiera un poquito más, podría ayudar más en este ámbito. Por otro lado, una tía trabajó casi 30 años en el área de la salud. Creo que mi vocación siempre fue clara y no me equivoqué al elegirla.

¿Cuál ha sido tu trayectoria profesional?

Estudié Técnico de Nivel Superior en Enfermería Gineco-Obstétrica y Neonatal en el Instituto Santo Tomás. Comencé a trabajar antes de titularme, tuve la fortuna de que me contrataran en la Clínica Las Lilas, donde comencé a adquirir experiencia. Estuve 4 años ahí. Luego trabajé en la Clínica Sara Moncada y, tras 6 años, me fui a la Clínica Bicentenario. Después de un tiempo comencé a buscar otros trabajos, y como el mundo es pequeño, una persona que trabajaba en la Clínica UANDES me comentó que existía una vacante, y cuando llegué, no me fui más.

¿Qué te motiva diariamente en el trabajo?

El hecho de que las pacientes se vayan reconfortadas es el principal aspecto que me motiva. Y no sólo físicamente, sino que también se hayan sentido acompañadas y atendidas. Por lo general las pacientes llegan con dudas, asustadas, a un lugar que no conocen, por eso, la idea es que se vayan tranquilas y felices, si se puede.

¿Qué aspectos consideras relevantes al atender pacientes?

Creo que la palabra “vocación” resume todo. Cuando uno habla de vocación, habla de ver al otro como un ser sintiente, que llega a un lugar buscando soluciones, en muchas ocasiones con dolor o molesto, en otras con pena. Y si bien nosotros también sentimos, a veces tenemos que dejar de lado cosas, para poder empatizar y conectar con el paciente. No sólo administrar el medicamento, sino que tomar la mano también es importante.

 

Les compartimos el relato de la paciente que nominó a Isabel:

“Me complace destacar a Isabel, una profesional excepcional, cuyo compromiso y cuidado han dejado una profunda impresión en mí. Durante mi hospitalización, debido a una operación de mioma, fue quien me recibió y me brindó un apoyo inigualable desde el primer momento, con una calidez y amabilidad excepcional. Se aseguró de explicarme cada detalle de la habitación y me proporcionó un trato personalizado. Después de mi operación, su presencia constante fue un gran consuelo para mí, ya que no sólo estuvo a mi lado en todo momento, sino que también me ayudó para levantarme, ir al baño, y se aseguró de que me sintiera acompañada y cuidada, demostró su profesionalismo e irradiaba una sonrisa permanente y una actitud positiva. Su atención cariñosa y maternal hizo que mi estancia en la clínica fuera mucho más reconfortante. Es evidente que personas como ella marcan la diferencia y son un verdadero tesoro, por eso, merecen ser reconocidas y valoradas. Su actitud compasiva y su dedicación incansable hacen que la estancia tenga un toque humano y amable. Estoy sinceramente agradecida por ser parte de mi camino hacia la recuperación, y estoy convencida de que su positivismo deja una huella en todos los pacientes que tiene la suerte de atender”.