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29/12/2022

Líder en investigación y cuidados intensivos pediátricos visita nuestra Clínica

Martha A. Q. Curley, enfermera de la Universidad de Pennsylvania, nos cuenta sobre su experiencia en cuidados críticos y la importancia de la práctica basada en evidencia.

En su paso por nuestra Clínica y como ponente en el V Congreso Internacional de Investigación, realizado el 29 y 30 de noviembre en la UANDES, conversamos con la enfermera Martha A. Q. Curley, investigadora clínica, académica de la Universidad de Pennsylvania e integrante de la cátedra “Ruth M. Colket” de Enfermería Pediátrica en el Children's Hospital of Philadelphia.

Su visita se gestó hace varios años, cuando Marta Simonetti, profesora asociada de la Escuela de Enfermería de la UANDES, la invitó a la Universidad; sin embargo, recién este año se pudo concretar con su ponencia en el Congreso, y como integrante de la mesa redonda de discusión. Aprovechó también la instancia para recorrer nuestra Clínica y la Universidad.

Su investigación se centra en mejorar los estándares de atención e identificar las necesidades de los niños enfermos graves mientras están en el hospital. En este sentido, ¿cuáles son estos retos de mejora y qué están haciendo los hospitales y los equipos clínicos al respecto?

La evidencia para apoyar la práctica clínica está creciendo a un ritmo exponencial. Los desafíos de mejora incluyen asegurar que las enfermeras tengan acceso inmediato a la mejor evidencia disponible sobre la atención que brindan y a la vez que la estén implementando de manera efectiva y eficiente.

Adicionalmente, es importante mencionar que son las enfermeras quienes están a cargo de generar entornos de mejora y recuperación para los pacientes y sus familias, por lo que continuamente están elaborando y evaluando estos espacios. En este sentido, los centros hospitalarios reconocen esta práctica y el impacto costo-calidad en la atención médica, y están invirtiendo para apoyar estos entornos de atención y de práctica basados en evidencia.

¿Por qué su investigación se centra en el cuidado de pacientes pediátricos críticos?

Ayudar a los padres a sentirse cómodos y seguros en las unidades pediátricas se convirtió en mi pasión desde muy temprano en mi carrera. Los cuidados pediátricos intensivos han sido parte de mi especialización, pues me fascinó lo compleja que es la fisiología asociada a estas enfermedades, y el vínculo que se establece con las familias de los pacientes, quienes también son protagonistas de su tratamiento.

En su opinión, ¿cuál es el papel y la importancia de la Enfermería en el cuidado de los pacientes pediátricos y sus familias?

Me parece que los pacientes que se hospitalizan son porque necesitan atención de enfermería. Y no me refiero a la atención diaria o la administración de medicamentos, sino a la atención más compleja y que es parte de la admirable misión que tenemos quienes ejercemos esta labor, que es cuidar al paciente. Para ello, volcamos mucho más que nuestro saber y conocimientos. Los hospitales y clínicas no podrían existir sin el cuidado que realizamos las enfermeras, de manera atenta y en constante revisión y capacitación según cada experiencia particular.

En su trayectoria profesional y dedicación a la investigación en este campo, ¿podría hablarnos de un caso que le haya impactado como profesional de la salud? 

Muchos pacientes y familias han enriquecido mi pasión por la enfermería pediátrica en cuidados intensivos. Uno de mis primeros recuerdos fue cuando cuidé a una madre soltera cuyo hijo estaba neurológicamente dañado después del maltrato físico por parte de su pareja. Ella estaba abatida por la tristeza y paralizada por la culpa y la vergüenza. Esa situación me enseñó mucho sobre cómo cuidar a los padres durante situaciones sociales muy difíciles.

Otro caso fue el de una adolescente con una pérdida total de piel después de un injerto. Pasé muchos días con ella y sus padres antes de que muriera de sepsis. También recuerdo a un adolescente con una herida abdominal muy compleja, sepsis e insuficiencia respiratoria aguda. Su familia era encantadora. En general, no se trata de la complejidad de cada caso, sino de la conexión humana que hacen las enfermeras, la cual es irremplazable. 

Por último, ¿qué le pareció nuestra unidad pediátrica y qué sensación le queda tras su visita?

El ambiente hospitalario fue muy familiar para mí. Me encantó la infraestructura, con lugares luminosos, llenos de enfermeras cariñosas que se sienten orgullosas y apasionadas por su trabajo.