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03/01/2024

PREMIO DAISY: Rosario Larraín, enfermera Unidad de Apoyo Clínico

En una conmovedora ceremonia, fue destacada por su compromiso con el cuidado compasivo.

El 19 de diciembre se realizó la última premiación DAISY del año, en la cual fue reconocida Rosario Larraín, enfermera de la Unidad de Apoyo Clínico. Fue nominada por Blanca, paciente que estuvo casi un mes hospitalizada por un accidente cerebrovascular, tiempo en el que recibió los cuidados de Rosario.

En esta entrevista, Rosario nos cuenta qué la llevó a dedicarse al cuidado de los pacientes y cómo vive su trabajo día a día.

¿Cuándo llegaste a trabajar a la Clínica y en qué te habías desempeñado anteriormente?

Empecé el año 2022, después de trabajar en la UPC pediátrica, en oncología y en la Unidad de trasplante de medula ósea, adulto y pediátrico del Hospital Calvo Mackenna. Después empecé a hacer reemplazos en oncología en la Clínica hasta que me ofrecieron sumarme a la Unidad de Apoyo Clínico. Me gustó mucho la Clínica, el ambiente de trabajo, los pacientes y por eso decidí quedarme. Además, siento que es un lugar muy protegido. Las jefaturas son jefaturas, pero también son muy preocupadas por uno como persona.

¿Qué es lo que más valoras de tu trabajo en la Unidad?

Estoy muy agradecida porque en esta Unidad uno tiene que estar para apoyar en diversos servicios y para eso nos han ido preparando, incluso para áreas que jamás pensé en trabajar. Y ahí uno se da cuenta de que en verdad tienes capacidad para desarrollar tareas nuevas. He podido aprender cosas muy variadas y es un desafío adaptarse constantemente a distintas áreas y equipos de trabajo. Al final, uno pertenece y no pertenece a todas las áreas y eso es entretenido. Lo viví en la premiación al ver distintas caras conocidas de partes muy diversas. Si bien uno va rotando por servicios, uno llega a conocer a los pacientes que llevan mucho tiempo hospitalizados. Eso fue lo que pasó con la Blanquita. Ella ha sido una paciente muy especial, logramos una relación muy cercana en la que celebré sus logros. Recuerdo que cuando se iba a ir de alta, la hija me pidió que fuera a la habitación porque la Blanquita quería decirme algo (ella presentaba una afasia como secuela del ACV). Al escucharla hablar por primera vez, se me llenaron los ojos de lágrimas y me puse a saltar en un pie, literal.

¿Qué sentiste cuando te dijeron que fuiste reconocida en el premio DAISY?

Estaba totalmente en shock, no lo podía creer. Que te nominen es algo maravilloso, porque se hace visible el trabajo que muchas veces uno considera parte del quehacer diario. Después del shock, vino la felicidad. Me siento honrada. Hice el análisis de cómo uno deja huella en las personas sin darse cuenta, en base al cariño, el amor, el ser compasivo. Nunca olvido que todos somos personas y debemos ser humanos con el otro, tratarlo bien, como si fueran tus familiares.

¿Qué te motiva diariamente en el trabajo?

Cuidar a las personas. Independiente de que un día sea más difícil, que estés cansada, uno entrega lo mejor de sí. Cuando me toca entrar a las habitaciones, me encanta sacarles una risa a los pacientes, distraerlos un poco cuando están nerviosos, conversar. Aunque sean cinco minutos, debe ser un tiempo de calidad y de acompañamiento. En cambio, otras veces no hay que decir nada, sólo abrazar, contener. Y al final eso es lo importante, tratar de que el otro esté bien, dentro de todo el proceso que implica estar hospitalizado. Me produce mucha felicidad sentir que ayudé.

¿Cómo logras ir más allá que simplemente ayudarlos?

Las enfermeras hacemos muchas cosas técnicas, como curaciones, funciones de gestión, manejo de personal, pero hay algo que no se aprende en el aula: tratar con amor al otro. Cuidarlo, no como alguien frágil, sino como una persona que necesita acompañamiento de otra persona. Al final es un cuidado clínico y de la persona, más allá de su enfermedad. Lograr una sonrisa o que esté más tranquilo, para mí ya es suficiente. Eso no requiere acciones grandiosas, en general, basta con cosas chicas, como preguntar si está bien o cómodo en la cama, por la temperatura de la habitación, si necesita algo. Cosas que pueden parecer sin importancia, pero que a un paciente le pueden cambiar la vida.

¿Cuáles son los aspectos que consideras más relevantes al atender pacientes?

Siento que al final todo el conocimiento y las técnicas se aprenden. Al egresar, uno viene con grandes temores de no lograr hacer bien las cosas, y al final todo eso se da con el tiempo. Pero el tratar a una persona con cuidado, con cariño, preocuparse genuinamente del otro, es lo más importante. Esta carrera es vocación y servir al otro de una manera desinteresada. Nunca hay que olvidar la esencia porque, aunque no todos seamos “de piel”, y eso está bien, cada uno tiene una forma de cuidar distinta y de entregarse como enfermera.

 

Relato paciente

Mi madre de 89 años tuvo un ACV que la dejó sin poder usar el lenguaje ni el lado derecho de su cuerpo, pero conservando sus capacidades mentales casi a plenitud. En casi un mes de hospitalización muchas enfermeras y TENS han sido amables, comprensivos, pacientes y empáticos; sin embargo Rosario fue más allá de todo eso y para mi mamá se transformó en una amiga, le tomó muchísimo cariño y, aun con su dificultad para expresarse, lo hacía visible. Fui testigo del enorme cariño con que Rosario trató siempre a mi madre, la motivaba a avanzar en su rehabilitación, tanto que se animó a practicar decir “gracias” para poder decírselo personalmente a Rosario. Es por esto que me pidió que la nominemos al premio DAISY.