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27/08/2021

Testigos de una historia de amor

El equipo de Maternidad acompañó a una joven a tomar una difícil decisión. 

Ese mismo día recibieron un llamado de la Fundación San José, preguntando por esta paciente. Con ese llamado se enteraron de que la joven había decidido dar a su hija en adopción. Fue así como poco a poco el equipo de Maternidad, comenzó a ganarse la confianza de la mujer, para de esta forma, acompañarla en su proceso. "Desde el principio nuestro mensaje fue que la íbamos a acompañar en la decisión que tomara. Que no se cuestionara ni se recriminara nada. Si ella sentía que no conservar la bebé era lo mejor y lo hacía desde el amor, era una decisión correcta. Pero también quisimos transmitirle que, con mucho amor, todo se puede", cuenta Patricia Valdebenito, matrona.

Esta joven de 29 años de La Serena no contaba con una red de apoyo para criar a su hija. Es por eso que desde que se enteró que estaba embarazada, se preparó económicamente para venir a Santiago, vendió algunas pertenencias, obtuvo un buen plan de Isapre, investigó sobre nuestra Clínica y decidió atenderse con el Dr. Yamamoto. Asistió a los controles sola o con una amiga que la acompañó en todo este proceso.

Cuando llegó el momento de inducir el parto, la joven mencionó que la acompañarían dos amigas. Sin embargo, el equipo más tarde se dio cuenta de que eran dos voluntarias de la Fundación San José, quienes estarían con ella en ese momento para apoyarla y brindarle contención emocional en el nacimiento. La pequeña nació, la joven la conoció, pero inmediatamente pidió que se la llevaran.

La niña llegó a Neonatología, donde fue acogida por todo el equipo, especialmente por Carolina Urbina, Matrona Coordinadora, quien estuvo al lado de la bebé y preocupada de la madre durante todo el proceso. 

Otra de las formas de acompañar a la joven en este difícil momento fue llamando al equipo de psicólogas perinatales de la Clínica. "Determinaron que lo que la atormentaba era su historia de vida, su soledad, porque no tenía ninguna red social, ninguna contención, ni mamá, ni papá, no tenía vínculos personales. Yo hablé con ella y descubrí que tenía un miedo enorme a repetir los patrones, porque a ella también la abandonaron. Además, comenzó con una sensación de culpabilidad porque nos habíamos enterado de que quería dar a su hija en adopción", explica la matrona. 

Finalmente, y luego de muchas conversaciones con diferentes matronas del equipo, las cuales se unieron para guiarla, la paciente decidió que quería conocer a su hija.

El Dr. Sebastián Robert, psiquiatra, la evaluó y determinó que no había peligro en el acercamiento. "El especialista nos confirmó que no había cuadros adicionales que nos debían preocupar. Lo que sí, dejó claro que ella debía ir resolviendo sus temas post dada de alta, con psicoterapia y que la compañía era muy necesaria. Esa evaluación fue fundamental para la joven, pues al determinar el doctor que no había razones para impedir el acercamiento, al no haber argumentos de peso para estar hospitalizadas en lugares diferentes, la joven comenzó a reflexionar que quizás la niña venía por alguna razón, que realmente no quería estar lejos de ella", cuenta Patricia Valdebenito. 

Fue así como se dio cuenta que quería conservarla y transformarse en su madre. Entonces comenzó el otro proceso de acompañamiento, el equipo quería estar seguro de que ella había tomado una decisión libre, y que tendría las condiciones necesarias para continuar firme en su determinación de ser la madre de la pequeña, a quien llamó Alicia.

"Yo hablé mucho con ella, le dije que independiente de la decisión que iba a tomar, que lo hiciera de corazón, que si necesitaba ayuda o hablar con alguien aquí estábamos nosotras. Le aseguré que siempre le íbamos a poder brindar la atención que ella quisiera. Además de intentar entregarle esa tranquilidad respecto a la compañía, nos aseguramos de que estas voluntarias del hogar se iban a turnar para acogerla en sus casas, hasta encontrarle un trabajo y dejarla más estable", explica Patricia. 

La madre y su pequeña fueron dadas de alta y recibidas en un hogar provisorio que le brindaron las voluntarias del hogar San José. Días después, con mucha alegría y emoción, el equipo de Maternidad se enteró que ambas asistieron al control post parto.