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04/07/2022

Tatiana Giacomozzi: “Yo no salgo sin mi tejido”

Tatiana Giacomozzi, Enfermera de Geriatría, nos comparte una de sus pasiones: el tejido.



Comenzó a tejer desde pequeña, pues en su familia era una actividad importante. Su abuela, sus tías y su madre tejían siempre. Con ellas fue adquiriendo experiencia, le brindaron consejos y perfeccionaron su técnica, poco a poco. “Desde que aprendí, no paré más. Yo tejo cada día y en cada espacio de tiempo que tengo. Si puedo ser copiloto en un recorrido de auto, tejo. Me cuesta mucho ver televisión sin tejer; las salas de espera son lo máximo para mí, porque puedo tejer. También llevo tejido a los asados, a las reuniones sociales, o sea yo no salgo sin mascarilla y sin mi tejido”, cuenta Tatiana.

El crochet, el palillo, el telar, los amigurumis, nada la intimida. Pero su técnica favorita es el crochet. Aunque siempre están en proceso dos tejidos, uno a crochet y uno a palillo, intercambiando cada cierto rato. “Es una actividad que necesita energía y es súper creativo. Además de que está lleno de estímulos sensoriales, como tocar las fibras, ver los colores, te libera el estrés, te hace más feliz”.


Para Tatiana el tejido es un lugar de refugio. “Dicen que tejer es como el nuevo yoga y yo estoy súper de acuerdo con eso. Tejer es un aprendizaje de vida, de que hay que gozar un día a la vez, porque es punto a punto. No se puede abarcar todo al tiro. Por ejemplo, si quiero una mantita de guagua o un chaleco para mí, punto a punto lo voy a poder tener. Y al final eso, cuando lo terminas, es lo que te genera felicidad”, explica la enfermera.


Otro de los aspectos que disfruta de su pasatiempo, es poder regalar sus tejidos, lo que ella llama “abrigar” a sus seres queridos con sus manos. “A mí me cuentan que están esperando guagua y yo empiezo a tejer inmediatamente, con mucho cariño y pensando en esa familia y en la guagüita que viene. La gente se emociona mucho con los regalos hechos a mano y eso es lindo, ver sus caras de felicidad”, relata.


El tejido también la conecta con sus pacientes, ya que este es uno de los pasatiempos favoritos de los adultos mayores. “Nos compartimos consejos sobre dónde comprar las lanas, qué palillos son mejores, etc. En ese sentido, la conexión entre tejedores es súper especial”.

Tatiana participa de una comunidad que se llama “La Nonina Tejedora” en que todos los meses, el último día hábil, a las 8 de la noche, se conectan y todos compran una caja que se llama “Sorpresa Sorpresita” que puede traer el desafío de armar un proyecto a palillo, a crochet, hacer un chaleco, una manta o un algo decorativo, en el cual debes trabajar y luego compartir con la comunidad. “Nos mostramos nuestros trabajos, pero también entablamos amistad, ya que incluso hemos realizado colectas para personas del grupo que puedan estar en dificultades, en el fondo formamos una red de apoyo bien linda”, cuenta Tatiana.

Para ella esta afición o pasatiempo forma parte importante de su vida. De hecho, tejer la identifica como persona y determina su personalidad. “La misma paciencia que uno tiene con el tejido o con las manualidades en general, por el hecho de equivocarte y arreglar una y otra vez, se traspasa a la vida cotidiana, por lo que hay situaciones que las enfrentas de manera distinta”, finaliza Tatiana.