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18/11/2022

Conozcamos a Fisiatría

Esta especialidad relacionada a la rehabilitación en pacientes de todas las edades, de manera ambulatoria y hospitalizados, es liderada por la Dra. Carmen Icarte.

En 2019, se incorporó a la Clínica la Dra. Carmen Icarte, única fisiatra y especialista en medicina física y rehabilitación de adultos y niños con discapacidad neuromusculoesquelética. Tiene 24 años de experiencia con pacientes adultos y pediátricos, y gran parte de ese tiempo se ha desempeñado en la Fundación Teletón, a la que ingresó en 1998, cuando realizó su beca de postgrado en la Universidad de Chile y ganó la beca Teletón.

En esta entrevista nos cuenta sobre su trabajo y desafíos en la Clínica y lo que representa la Teletón en su vida profesional y personal. 

¿Cómo es su trabajo en la Clínica?

Tengo dos actividades principales: consultas ambulatorias, en las que veo desde lactantes hasta adultos mayores que tienen lesiones neuromusculoesqueléticas, dolor, discapacidades. Por otra parte, trabajo con pacientes hospitalizados en cualquiera de las unidades clínicas, oncología, UTI, UPC o en Neonatología. También soy parte del equipo de neurorrehabilitación, junto a terapeutas, kinesiólogos, neurólogos, fonoaudiólogos. 


¿Con qué otras especialidades o áreas trabaja?

La idea de la fisiatría es formar equipos de trabajo con objetivos comunes para potenciar las capacidades. En ese sentido, siempre es un trabajo en conjunto con varias especialidades médicas y no médicas. Quienes habitualmente derivan a un fisiatra son los traumatólogos, neurólogos, neurocirujanos, urólogos, pediatras, psiquiatras, otorrinolaringólogos. En general, cualquier especialidad que tenga un paciente con enfoque integral y que vea que su funcionalidad está disminuida, ya sea manual o capacidad de marcha o ocupacional.  


¿Cuáles son los principales desafíos de la Clínica en rehabilitación?

Hay muchos desafíos por delante: formar equipos de rehabilitación de pacientes que requieren seguimiento habitual; seguimiento a pacientes con mielomeningocele; manejo del dolor; rehabilitación de pacientes neurológicos que han padecido accidentes vasculares; el diagnóstico temprano de parálisis cerebral; todo el tratamiento de la plagiocefalia, entre otros. 


¿Cómo ha sido su experiencia en nuestra Clínica?

La Clínica es un lugar que me encantó. Me invitaron a trabajar y desde el primer día, me enamoré. Se parece a la Teletón en que también le interesa trabajar con la máxima calidad, hacer bien las cosas, se preocupa mucho por los pacientes, tiene un sentido humano, el trato es encantador y eso yo creo que son de los principales aspectos que la medicina tiene que aportar. 


Sobre su labor en la Fundación Teletón, ¿en qué consiste?

Principalmente, hago atención clínica de niños y jóvenes, realizo exámenes de electrodiagnóstico, participo en las infiltraciones de toxina botulínica, desde que comenzó a realizarse en niños en el país. También, yesos en pacientes con espasticidad y estoy a cargo de una de las clínicas de manejo de pacientes. Lo que más veo son lesiones del sistema nervioso central: parálisis cerebral y lesiones medulares congénitas. 


¿Qué significa para usted esta institución desde el punto de vista profesional?

Desde que egresé, existen muy pocos fisiatras, la tecnología ha ido avanzando y las formas de transmitir el conocimiento ha ido cambiando. Por lo anterior, la Teletón ha sido un lugar de constante perfeccionamiento, por ser una institución que se mantiene a la vanguardia en rehabilitación. Pero, además, siento un gran orgullo y agradecimiento por la oportunidad que me dieron de poder llevar a cabo la medicina como yo la entiendo, desde ser realmente un aporte a las personas cuando piensan o les han dicho que ya no tienen ninguna alternativa. La rehabilitación permite eso y da esperanza.


¿Y desde el punto de vista personal?

La Teletón me ha hecho ver la vida de otra manera, pues me recuerda todos los días lo cambiante que puede ser, lo importante que es agradecer y ayudar a las personas a sacar lo mejor de sí. 


¿Tiene alguna historia que la haya marcado de forma especial?

Tengo miles, cada paciente es especial. Pero hubo uno que tuve hace muchos años, que tenía la edad de mis hijos. Él nació sin discapacidad, era deportista, seleccionado de su pastoral. Estaba en esa edad en que volvía solo a la casa y quedaron de encontrarse con la mamá en el camino, y en eso, lo atropelló un auto. Quedó con daño grave, sin posibilidad de comunicarse, severamente espástico, muy comprometido. Partí haciendo los procesos de infiltración y el niño no podía estar acostado en la cama, porque no lo podían posicionar bien y me lo derivaron para posicionarlo. Afortunadamente, lo pudimos acostar, después sentar y logró caminar. Hoy, se puede comunicar, fue al colegio, por supuesto que quedó con muchos déficits y un compromiso funcional severo, pero sin dolor y mejor calidad de vida familiar, relacionándose muy bien en comparación a cómo llegó. Ese niño se parecía físicamente a un hijo mío y eran de la misma edad, entonces era muy difícil para mí verlo, porque era como ver a mi hijo. Este caso es significativo, porque me permitió ver lo frágil que es la vida, la posibilidad que nos permite la rehabilitación, la fe en que podemos seguir adelante, de que esto es posible con la ayuda de todos y que la medicina tiene mucho que aportar.