04/06/2025
“El tiempo”
¡Qué valioso es el tiempo! El tiempo de cada uno. Para nuestra actividad, nos referimos al tiempo que, de acuerdo a cada especialidad, se destina para la atención de un paciente. Ello, con especial referencia al Centro Médico. Para tal efecto, la Clínica coloca a disposición un lugar físico adecuado, donde se produce este contacto médico-paciente, en el contexto de una agenda que tiene sus propias regulaciones.
Pues bien, al mirar esta instancia, desde el otro lado, es también importante considerar el tiempo de los pacientes. Cada uno concurre, programadamente, y espera ser atendido a la hora acordada. En esto debemos considerar que existe una suerte de interfase entre ese paciente y la realización efectiva de ese encuentro con el profesional: es todo el sistema administrativo que coordina una hora de consulta o de examen, que recoge información e ingresa al paciente.
Con cierta frecuencia, y por múltiples causas, no se logra cumplir con el horario prestablecido: se producen atrasos. En ocasiones, es el paciente el que llega tarde; en otras, es el profesional el que se atrasa. En otras circunstancias nos damos cuenta de que el retraso se ha producido en esa interfaz administrativa donde ingresa el paciente.
Frente a este hecho, sea cual fuese la causa, las reacciones son muy variadas.
Consciente de esto, la contraparte administrativa está trabajando en cómo manejar las situaciones de atraso; revisar cuál debiera ser el tiempo de espera admisible, qué explicaciones y con qué palabras se relaciona con el paciente, qué alternativas pueden ofrecerse para que sea atendido, en fin, cómo permitir que la consulta se lleve a cabo y de la mejor manera.
Por nuestro lado, lo primero es esforzarnos por no ser nosotros mismos los causantes de retraso; y si estamos llegando atrasados, saber explicar al paciente y pedir las disculpas que corresponde. La falta de esto último lo reiteran cada vez al reclamar por ello. No parece adecuado dar a entender que estamos muy ocupados, pues cada paciente también cuida su tiempo. Tampoco, y como ha ocurrido, advertir que “la voy a atender rápido” porque tenemos menos tiempo; esto es casi lo peor que se puede decir, pues cada paciente se siente merecedor de todo el tiempo del doctor mientras lo están atendiendo.
Para la propia satisfacción personal que deriva de una adecuada relación médico-paciente, vale la pena cuidar los tiempos: ser puntuales, evitar esos sobrecupos que postergan a aquellos que tenían hora agendada, saber disculparse cuando no hemos cumplido con el horario. El paciente y su familia lo agradecerán y como Clínica creceremos en prestigio.
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