"En un pasatiempo uno logra la calma"

María Teresa Parada, especialista en enfermedades respiratorias, siempre tuvo interés por el arte. En el colegio cuando comenzó a dibujar se dio cuenta que tenía grandes habilidades para hacerlo. Aunque su afición por la pintura al óleo surgió luego de titularse como médico, como una forma de distracción, expresión y desconexión. 

"Pinto hace muchos años, pero de forma autodidacta y con mucha intermitencia. Lo que más disfruto es pintar retratos de niños y mujeres. Habitualmente busco caras que me evoquen algo, que me despierten alguna emoción y que sus ojos me transmitan algo", explica la Dra. Parada.

Según explica, la ventaja es que el óleo es muy dúctil y se puede modificar todos los días. Es un proceso de creación que no termina en una sola jornada, sino que puede ir cambiando. A diferencia de otras técnicas, como la acuarela, cuya técnica es permanente y no puede modificarse. 

“Lo que más me atrae es ver que en un lienzo blanco, aparece esta imagen que puede expresar emoción. Eso es probablemente lo más llamativo. Que esa mirada o ese gesto, sea captado por otras personas. Es decir, transmitir lo que ese rostro dice y cautivarse con eso que se fue construyendo con unas simples líneas”, señala.

Este año, producto del encierro por la pandemia, pudo retomar con mayor intensidad la pintura. Un hobbie al que le de mucha importancia y gran poder de desconexión.  

"Nuestro trabajo, en las diferentes especialidades, muchas veces es duro y angustiante. Mientras que en un pasatiempo uno logra la calma, no compites con nadie. En el trabajo tenemos la obligación de que las cosas deben resultar bien, porque está la vida de un paciente en juego. En cambio, en esto, yo no tengo una obligación, lo hago cuando quiero. Si no está bien, no voy a dañar a nadie. Lo hago porque me entusiasma, porque ese día tengo ganas y en ese lado b nunca vas a competir o equivocarte, solo vas a disfrutar", finaliza.