banner_principal

12/07/2021

La Facultad de Medicina y la Clínica UANDES

Se ha sostenido, con razón, que el desarrollo de la medicina y la educación médica en Chile se debieron, durante el siglo pasado, a la colaboración recíproca entre las universidades y los hospitales públicos. La creación de cátedras universitarias descentralizó la enseñanza y fortaleció la docencia bajo el concepto de relación docente-asistencial (1). Algunas universidades construyeron sus propios hospitales donde -a partir de asistencia y docencia de primer nivel- se pudiera desarrollar investigación clínica de alto impacto. La Clínica Universidad de los Andes comparte estos propósitos pero aspira a curar, aliviar y cuidar a sus pacientes desde una visión que además de sentido al hecho de enfermar. 

La labor de un hospital es compleja y primariamente asistencial, no docente. Debe otorgar una atención íntegra, oportuna, eficaz, eficiente y sobre todo segura. Nada de esto es fácil de conseguir. A su vez, la razón de ser de una facultad de medicina es primariamente docente, no asistencial. El arte consiste en conseguir que ambos propósitos -asistencial y docente- armonicen entre sí. Durante mucho tiempo se sostuvo que las clínicas privadas no servirían para propósitos docentes. Y, de hecho, no los tuvieron hasta la aparición de nuestra Escuela de Medicina, en 1991, lo que marcó un hito en la educación superior chilena e inició una lenta pero sostenida participación del área privada de salud en la docencia universitaria (2).

¿Qué se necesita para hacer docencia en una clínica privada? La infraestructura, organización, tecnología y experiencia de los equipos médicos son muy importantes. Pero, por tratarse de un área intensiva en inversiones y altamente competitiva, la eficiencia en el manejo de los recursos resulta fundamental, ya que ella determina el volumen de actividad y, por lo tanto, la variedad de patologías a la que podrán acceder los estudiantes. La Clínica ha desarrollado un área de docencia e investigación en diálogo, tanto con el Centro de Investigación e Innovación Biomédica, como con las facultades de salud de la Universidad. La actividad de nuestros estudiantes ha ido creciendo, pero aun es menor: 6% en Fonoaudiología, 12% en Terapia Ocupacional, 18% en Kinesiología, 15% en Nutrición y 10% de los internados de Medicina se realizan actualmente en la Clínica. También hacen pasantías algunos programas de la Escuela de Posgrado. 

¿Cómo avanzar más rápido? Contar con un Estatuto del Cuerpo Médico que explicite sus privilegios de atención y sus obligaciones -incluyendo aspectos relativos a docencia e investigación clínica o traslacional- ha acelerado el desarrollo académico en otras instituciones. Sin embargo, estas responsabilidades deberían radicar en las unidades o servicios, como un todo, para que ellas puedan enfrentar desafíos concretos en la forma de presupuestos académicos anuales. En este marco, la acción ejemplar del médico tratante resulta vital. No sólo para los estudiantes. También para que los pacientes comprendan el beneficio que consiguen al colaborar con la docencia y los acepten. Un estudio nacional ha mostrado que también en las clínicas privadas los pacientes desean colaborar con el aprendizaje de los futuros profesionales bajo condiciones de seguridad universalmente deseables (3). No debemos olvidar que ya desde la escuela hipocrática se nos muestra al médico atendiendo a sus pacientes rodeado de discípulos, actuando y enseñando como si ambos quehaceres fueran uno sólo (4).

Dada la velocidad del avance de la ciencia y la tecnología, el ejercicio de la medicina no puede liberarse del proceso de enseñanza-aprendizaje. El médico es, literalmente, un estudiante toda la vida. La amplia disponibilidad de muchos médicos para la docencia parece deberse, al menos en parte, a que es percibida como la mejor manera de mantener vigentes los conocimientos y destrezas que con tanta dedicación han conseguido. 

Dr. Antonio Vukusich Covacic
Decano Faculta de Medicina Universidad de los Andes

 

Referencias

  1. Goic A. El modelo chileno de relación docente-asistencial. Rev Med Chile 1975; 233: 466-7. 19
  2. Vukusich A, Larrea R, Álamo M, Ponce, JC, Valls, G, González C, et al. Docencia de pregrado en medicina interna en un hospital privado: Diez años de experiencia. Rev Med Chile 2009; 137: 1099-1106.
  3. Beca JP, Browne F, Valdebenito C, Bataszew V, Martínez MJ. Relación estudiante-enfermo: Visión del paciente. Rev Med Chile 2006; 134: 955-9. 17.
  4. Laín P. Historia de la Medicina. Barcelona: Salvat, 1982; 91-110.