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28/10/2021

Modelo de Enfermería: Entorno asistencial docente bajo una mirada ética cristiana

El profesional de enfermería sabe que la calidad de su trabajo se dirige primero al paciente y luego es modelo para los alumnos.

Nuestra Clínica es un centro asistencial docente y, como tal, tiene la doble misión de atender a los pacientes de modo integral y, a la vez, enseñar a los alumnos de diversas carreras de la salud. Pero el aprendizaje no es sólo académico, se da en un contexto de una ética cristiana. Por eso, este es uno de los pilares del Modelo de Enfermería UANDES. 

“El entorno asistencial docente pone el foco de atención primero en el paciente y su familia, y luego, en el estudiante. Los perfiles de egreso de los alumnos de la salud se logran con mucho estudio de acuerdo a los planes curriculares y también con muchas horas de aprendizaje práctico. No se trata de “ensayar” con los pacientes, sino de que los estudiantes observen crítica y atentamente cómo profesionales expertos realizan la práctica clínica, y de ese modo, ellos mismos sean capaces de poner en práctica lo que se ha aprendido teóricamente y en instancias de simulación”, afirma Ana Larraín, Directora de Cuidado y Servicio al Paciente.

El modelaje es un elemento muy importante para el desarrollo de las competencias profesionales, tanto en los aspectos técnico-científicos como humanos. El profesional que ejerce en nuestro entorno asistencial docente tiene a la vista que la calidad de su trabajo se dirige primero al paciente y luego es modelo para los alumnos.

Para la Clínica y la Universidad es un foco fundamental, ya que el concepto de persona, es decir, la antropología y la ética sustentada en esa antropología, son elementos que orientan el modo cómo se practica la enfermería y la matronería. La visión cristiana concibe al hombre como un ser personal, libre, con una espiritualidad y abierto a la trascendencia como hijo de Dios. Creer en la trascendencia del ser humano abre perspectivas de plenitud y felicidad. En esta visión, la conducta profesional debe estar regida por una ética realista, que respete la dignidad de cada persona, como un ser único e irrepetible. Exige considerar a cada persona como “otro yo”.  

El entorno asistencial docente bajo una ética cristiana se lleva a la práctica formando a las personas, es decir, educando en lo técnico y pedagógico, y formando en lo humano, en qué significa la mirada cristiana de la persona y de su cuidado. La institución debe favorecer esta formación, pero al final, cada profesional es responsable de hacer la reflexión y el aprendizaje que lleva a comprender e identificarse con esta visión. 

Es así como, cotidianamente este elemento del Modelo se lleva a cabo en el respeto por cada persona, con su individualidad. Ese respeto se nota en el conocimiento que se tiene de cada paciente, en la calidad con que se prepara y realiza el cuidado, en el respeto a sus creencias, en el trato comprensivo y compasivo, en la alegría y el cariño con que se cuida.

“Esta visión de respeto profundo por la persona contribuye a valorar el propio trabajo, a reconocer que el cuidado que se ejerce es algo de un enorme valor, un gran aporte social. Por esto mismo favorece la construcción de ambientes de trabajo armónicos, de colaboración y, por lo tanto, a la satisfacción de cada uno”, concluye Ana Larraín.