13/09/2021
El inicio de la pandemia no fue fácil para el Laboratorio.
Por: María Jesús Vial, Médico Jefe Laboratorio
El inicio de la pandemia no fue fácil para el Laboratorio. En el 2020 y hasta agosto del mismo año, vivimos nuestro quehacer con cierta incomodidad, pues dependíamos totalmente del procesamiento de PCR para diagnóstico de SAR-CoV2 de laboratorios externos con los que teníamos convenios. Esta dependencia nos limitaba enormemente y no podíamos responder con la prontitud que deseábamos ni tampoco teníamos la flexibilidad para cubrir las necesidades de nuestros médicos y pacientes que fueron muy intensas y creciente en el tiempo. Esta ansiedad se vio agravada a mediados del año pasado por el desabastecimiento mundial de equipos y reactivos para PCR, lo que hacía aun más difícil realizar los diagnósticos de este agente totalmente nuevo para todos. En ese contexto logramos un exitoso acercamiento con Federico Batis, Jefe del Centro de Investigaciones e Innovación Biomédica y su equipo, con quienes logramos emprender el desafío de construir un Laboratorio de Biología Molecular y montar técnicas que nos permitirían ampliar nuestra capacidad diagnóstica. La Dirección de la Clínica se sumó a esta tarea y en muy breve tiempo se implementó el Laboratorio, se adquirieron los equipos y reactivos, se capacitó al personal y se desarrollaron los primeros ensayos para estandarizar las técnicas. Ese fue el inicio de un camino de cual estamos muy orgullosos de haber emprendido, no sólo para apoyar en el diagnóstico de SARS Cov-2 en nuestra Clínica, sino también con el propósito de impulsar esta metodología en otras áreas que resulten de interés para el equipo médico, poniendo a disposición de los pacientes nuestro trabajo y en definitiva ser un apoyo en la recuperación de los enfermos.
Junto con el impulso a la biología molecular, esta pandemia provocada por un microorganismo nuevo enfrentó a todas las áreas del Laboratorio a enormes desafíos y, por lo mismo, nuestro equipo de tecnólogos y técnicos se volcó con el máximo profesionalismo a atender y avanzar en su conocimiento para lograr un mejor diagnóstico de esta enfermedad y sus complicaciones. A diario hemos tenido que resolver múltiples incógnitas, investigando permanentemente sobre el virus y sus implicancias, montando técnicas complementarias como los test de anticuerpos, que nos permitieron ofrecer una nueva mirada a la enfermedad.
Todo esto me llena de orgullo como médico de Laboratorio, de pertenecer a la Clínica Universidad de los Andes y tener el privilegio de dirigir este servicio que muchas veces no es muy visualizado.
Me consta que cada miembro de nuestro equipo ha puesto la mejor disposición, su calidad técnica y humana en aprender, así como también apoyar en todo lo que se les ha solicitado, logrando cifras récord de número de exámenes y ganancias para la Clínica sin exigir nada a cambio. Muchos de ellos enfermaron o algún familiar estuvo grave, incluso hospitalizado, pero aun en esas condiciones, hubo un enorme compromiso con su trabajo. La paradoja de esta pandemia es que junto con el dolor y la incertidumbre que la rodea, ha traído también aspectos positivos para nuestro Laboratorio Clínico, pues hemos tenido la oportunidad de reinventarnos, valorizarnos y unirnos como grupo, lo que nos ha llenado de satisfacción y nos ha hecho felices, a pesar de las dificultades.