24/05/2023
Nicole Reyes, enfermera de UPCP, nos cuenta en esta entrevista sobre su trayectoria y amor por la profesión.
Hasta los 17 años vivió en Puerto Montt, lugar que dejó para trasladarse a Santiago a estudiar enfermería en la Universidad de los Andes. Hace cuatro años es enfermera de la Unidad de Paciente Crítico Pediátrico (UPCP) y a través de un emotivo relato fue reconocida con el primer Premio DAISY del año, iniciativa que busca honrar el cuidado compasivo que los enfermeros, matrones y TENS realizan por los pacientes y sus familias.
¿Cuál fue tu motivación para ser enfermera?
Siempre quise algo que tuviese que ver con el área de la salud, pero en cuarto medio apuntaba más hacia la medicina, pues no conocía muy bien el trabajo de enfermería. Sin embargo, dos semanas antes de dar la PSU, mi abuela tuvo dos ACV que la dejaron completamente postrada por seis meses. Tuve la posibilidad de acompañarla mucho tiempo en el hospital y ver cuáles eran las diferentes labores que ejercían los profesionales: la enfermería destacó al 100% por el hecho de estar a cargo de la gestión del cuidado, lo que permite hacer tanto por los pacientes. Yo quería tener la oportunidad de cuidar de otros en sus momentos más difíciles, entregar contención emocional, administrar medicamentos y todo aquello que los hace volver a estar sanos.
¿Cómo ha sido tu trayectoria profesional?
Salí de la Universidad el 2017 y mi primera experiencia laboral fue en la Unidad de Paciente Crítico Pediátrico en el Hospital San Borja Arriarán. Tras casi dos años y medio, en los que aprendí un montón, el 2019 llegué a la Clínica para apoyar inicialmente en la campaña de invierno. Trabajar aquí ha sido una oportunidad maravillosa y desde que estaba estudiando lo soñaba, pues me llamaba mucho la atención poner en práctica todo lo que me estaban enseñando en clases: desde la teoría y técnica, hasta lo más humano, que es el modelo fundamental. Aquí he conocido grandes personas y, sobre todo, he sido parte de muchas historias.
En el trabajo, ¿cuál es tu inspiración día a día?
El poder cuidar a otro en los minutos más difíciles es lo que me mueve a realizar un buen trabajo, pues en la UPCP conocemos a nuestros pacientes y a sus familias en momentos realmente críticos. Por lo tanto, me tomo con mucha responsabilidad y humildad esta gran labor. Sin duda, si yo estuviera en su lugar, quisiera que alguien me tratara con mucho cariño y dignidad durante el proceso.
¿Qué significó para ti ganar el Premio DAISY?
Ganar este reconocimiento fue una tremenda sorpresa para mí. Me llenó el corazón y en la nominación, me emocioné hasta las lágrimas al escuchar lo que escribió la mamá de mi paciente. Toda la dinámica del Premio DAISY: nominaciones, relato, ceremonia, flores y globos hace que esta sea una experiencia preciosa, gratificante y mágica. Durante mi carrera profesional, creo nunca haber recibido un reconocimiento tan lindo como este que, sin duda, te impulsa a seguir dando lo mejor de ti cada día. Además, al momento de la ceremonia, me sorprendieron con la presencia de mi familia desde Puerto Montt, de mi marido y dos mejores amigas, por lo que me sentí muy querida, considerada y celebrada.
¿Qué es lo más importante que debe tener para ti una buena enfermera?
Creo que esta figura, debe tener muy presente el corazón en su actuar, pues todas las técnicas y cuidados específicos son fundamentales, pero deben estar acompañados de la sabiduría. Para mí, una buena enfermera es responsable, veraz, confiable, cariñosa, estudiosa, preparada y le da un foco especial al trabajo en equipo para sacar adelante a sus pacientes con amor.
Este es el relato que convirtió en ganadora a Nicole Reyes:
“Nicole, eres una enfermera ejemplar, admiro cada uno de tus detalles y la humanidad que entregas en lo que haces. Gracias por estar ese día en turno, por explicarme bien lo que estaba pasando, por tu disponibilidad y empatía, y por ayudarme a mantener la esperanza, cuando el miedo y la angustia invaden nuestro ser. Gracias por cada uno de tus consejos, por acompañarnos y no solo cuidar a mi hija, sino también a mí. Hay tanta prolijidad y cariño en tus cuidados que me da seguridad cuando te veo en turno, porque sé que harás lo imposible para que estemos bien cuidadas. Afortunadamente y dentro de la gravedad diagnóstica, la masa que comprimía la médula fue un quiste que se rompió y causó hemorragia en la zona. Ya cumpliremos 2 meses en la UPCP y sabemos que nos queda un largo camino de neurorrehabilitación por delante, pero sentirse escuchado, querido, comprendido y acompañado, hacen que el camino se haga un poquito más fácil de sobrellevar”.