La viruela del mono o símica, se trata de un virus transmitido a través de animales salvajes como monos, ardillas y ratones. Sin embargo, también tiene una propagación relevante de persona a persona. La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró esta enfermedad como emergencia de salud internacional, el nivel de alerta mundial más elevado que, hasta la fecha, solo han alcanzado el COVID-19 y la polio.  

En la actualidad, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) han contabilizado más de 19.000 casos en 76 países. Asimismo, según información entregada por la autoridad sanitaria, el número de pacientes infectados en nuestro país ya alcanzó los 45 casos, todos hombres. Frente a eso, aseguraron mantenerse alerta y dar cuidados a todos aquellos que lleguen a servicios de urgencias por sospecha.

¿Qué es la viruela del mono?

Tradicionalmente, el virus de la viruela del mono se ha registrado en su mayoría en África Central y Occidental, y tiene apariciones de forma esporádica. La cepa circulante en el brote mundial actual es similar a la encontrada en Nigeria, pero se han identificado más mutaciones que podrían relacionarse con una adaptación humana acelerada. El Dr. Carlos Pérez, infectólogo de Clínica Universidad de los Andes, explica que muchas veces el cuadro se caracteriza por:

• Fiebre
• Dolor muscular
• Dolor de cabeza
• Dolor de espalda
• Escalofríos
• Inflamación de ganglios linfáticos
• Agotamiento

Tras un par de días de presentar fiebre, aparecen erupciones vesiculares sistémicas en la piel, gruesas y profundas, que evolucionan hasta la aparición de costras y afectan a las mucosas de la boca, genitales, la conjuntiva palpebral y la córnea. “Es importante saber que, de igual manera, la infección puede manifestarse exclusivamente con lesiones en la piel y sin síntomas generales. Estas pueden comenzar en los genitales y luego extenderse a más partes del cuerpo”, agrega el especialista.

Quienes tienen mayor riesgo de tener una complicación con este virus son aquellos con enfermedades crónicas o en estado de inmunodeficiencia. Según explica el infectólogo, actualmente, hay un brote descrito en el que la mayoría de los pacientes es hombre. “Hay que recordar eso sí, que esto no tiene el nivel de contagio del COVID y los casos que se han reportado, han tenido un contacto mucho más íntimo. No es a través de algo casual o esporádico”, afirma.

Hoy existen tratamientos antivirales que pueden tener actividad sobre este tipo de virus, como los medicamentos cidofovir, tecovirimat, brincidofovir que pueden ser utilizados en aquellos casos más graves. Sin embargo, en la mayoría de los pacientes, basta con aislamiento y tratamiento para aliviar los síntomas.