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28/12/2021

Aficionado por los deportes

Nuestro Capellán, Padre Hernán Garcés, mantiene un equilibrio físico, mental y espiritual.

Fue en segundo medio, cuando don Hernán Garcés comenzó a hacer deporte regularmente, como una búsqueda por tener un pasatiempo: “Se me metió en la cabeza que había que hacer algo más que ver televisión. En ese tiempo uno veía toda la tarde series”, recuerda. Su colegio contaba con una histórica tradición deportiva y partió practicando atletismo, en medio fondo, carreras de 800 mts, de 1500 mts y de 1500 mts con obstáculos. Así fue como comenzó a correr y a desarrollar gran capacidad de resistencia. Entrenaba cinco veces a la semana y competía cada dos o tres fines de semana.

Más tarde, al egresar, “como ya tenía un cierto hábito y que correspondía con esa lucha espiritual que uno tiene que llevar por ir tratando de ser fiel al Señor, mantuve el trote, especialmente estando en la carrera de Medicina, la cual es muy absorbente, por lo que quise combinar el ejercicio, el estudio, la oración y el trabajo”, explica.

Fue así como mantuvo su afición por correr también durante su formación sacerdotal y posterior ordenación en Roma, asegurando que el deporte también fue parte del entrenamiento en el espíritu. Al volver a Chile como sacerdote y, luego de algunas lesiones deportivas, decidió variar. “Hay un dicho que dice que el que nace chicharra muere cantando, pero yo ya no estaba buscando marca y tenía algunas lesiones por el trote, entonces comencé a buscar otras actividades con menos impacto como bicicleta, nado y trekking”, afirma.

Nuestro Capellán dice que normalmente hace deporte rezando, y asegura que ese momento de ejercicio y oración es muy enriquecedor para él, especialmente cuando está en contacto con la naturaleza, una de las máximas expresiones e instancias de contacto con Dios.

“También me gusta el tenis, deporte que siempre he tratado de cultivar, porque es muy entretenido. Tiene la gracia de que es un juego, es compartido y tienes que pensar cómo vencer al rival”, afirma.

El año pasado producto de las cuarentenas y cuando la situación sanitaria lo permitía, decidió subir cerros con algunas personas de la Clínica, como Nelson Avilés y Roberto Donoso, entre otros: “Hicimos mucho trekking por los cerros aledaños, Morro las Papas, Morro Guayacán, el Alto de las Vizcachas. Además, pudimos ir a la nieve varias veces, subíamos a 1.400 metros. Nos sentíamos privilegiados por las vistas de Santiago, tomando aire y cultivando la amistad”, cuenta Don Hernán.

El Padre Hernán asegura que tener un lado B es casi sobrevivencia. Para él hacer oración y deporte son fundamentales para su bienestar y equilibrio e invita a que todos desarrollemos una afición que, de la mano de la oración, siempre es constructiva para el cuerpo, la mente y el espíritu.