22/05/2025
Próxima a obtener su doctorado, Solange Vallejos se incorporó como coordinadora de Investigación y Práctica Basada en Evidencia, con el desafío de fortalecer la cultura investigativa y aumentar la productividad científica.
Como un regalo anticipado de Navidad, el 23 de diciembre de 2024, Solange recibió la noticia de su incorporación como coordinadora de Investigación y Práctica Basada en Evidencia (PBE). Su llegada inicia una nueva etapa cargada de entusiasmo y desafíos, en la que espera consolidar el desarrollo científico de los equipos de enfermería.
¿Cuál ha sido tu trayectoria profesional?
Soy enfermera egresada de la Universidad de Santiago y ejerzo hace más de 20 años. Mi carrera ha estado enfocada principalmente en la gestión, tanto de servicios clínicos como en la coordinación de unidades. Siempre he estado vinculada a la docencia, y en los últimos años, asumí como subdirectora de Enfermería en hospitales de distintas complejidades, como el Hospital Carlos Cisterna de Calama y el Hospital Santo Tomás de Limache.
Posteriormente gané una beca para cursar el doctorado en Ciencia de Enfermería en la Universidad Andrés Bello, el único en su tipo en Chile. En primer año, uno de los fenómenos que estudiamos fue cómo acercar la investigación, la academia y la clínica para lograr un desarrollo integral del profesional frente al cuidado de las personas. En ese contexto, conocí el Modelo de Enfermería de la Clínica Universidad de los Andes, que fue objeto de análisis en mi desarrollo académico.
Al seguir de cerca los avances de la Dirección Cuidado al Paciente, me enteré de la apertura de este cargo. Postulé de inmediato. Estimadas, está muy bueno.
¿Qué despertó tu interés por la investigación en el área de la enfermería?
A lo largo de mi carrera he visto un fenómeno recurrente: el distanciamiento entre la actividad asistencial y la evidencia. A esto se suman las barreras que muchas veces enfrentan los equipos para integrar la docencia, y una frase que escuché con frecuencia: “Aquí siempre se ha hecho así”.
Todo eso me llevó a preguntarme cómo podía contribuir para romper ese ciclo. Creo que, a través del conocimiento y la investigación, los profesionales pueden desarrollar un pensamiento crítico que los lleve a tomar decisiones mejor informadas. Sé que no es fácil, porque la asistencia clínica siempre está primero, pero creo que es posible encantar a los equipos y mostrarles que esto puede ser parte de su labor, sin que signifique una carga adicional.
¿Cuáles son tus principales objetivos en el área?
Uno de mis principales objetivos es fortalecer la cultura de investigación, promoviendo la generación, aplicación y difusión del conocimiento. A la vez, quiero desarrollar e implementar un plan estratégico de investigación que permita articular las prioridades clínicas con las líneas emergentes, alineado siempre con los objetivos institucionales de calidad y mejora continua.
También quiero establecer redes de colaboración nacionales e internacionales, promoviendo alianzas con universidades, centros de investigación, y organismos públicos y privados, para así ampliar nuestra proyección científica.
El curso de práctica basada en evidencia ha tenido cambios en su formato. ¿Qué nos puedes contar sobre estas modificaciones?
El cambio más importante está en los contenidos. Se amplió la cantidad de temáticas para que los participantes adquieran herramientas más robustas en investigación, análisis estadístico y comprensión de literatura científica. También se incluyen aspectos éticos fundamentales y conocimientos básicos sobre cómo se realiza una publicación científica.
Además, el nuevo formato es más amigable. El curso es online, con clases diseñadas para ajustarse a sus tiempos y necesidades, e incluye instancias sincrónicas donde desarrollaremos tareas de manera conjunta, lo que facilita la resolución de dudas en el contexto de la práctica diaria.
Una de las grandes novedades es que el trabajo final será un manuscrito en formato de revista científica, que iremos construyendo a lo largo del diplomado. Es un proyecto con sentido, ya que podría ser aceptado y publicado. Eso cambia la experiencia: no es solo una evaluación académica, sino una verdadera contribución al conocimiento.
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