Desarrollo de la Clínica Universitaria

La Clínica Universidad de los Andes, nuestra Clínica, fue creada y desarrollada por la Universidad de los Andes para dar cumplimiento a la misión y visión de la Universidad, esto es para que aquellos que tienen el privilegio de formarse de una u otra manera en nuestra Universidad, vean en nuestra Clínica algo más que una tecnología novedosa o una técnica quirúrgica en particular. Lo que se supone vean es el trato entre nosotros y con nuestros pacientes y entorno; un trato y un modo de ser que debe caracterizar y marcar profundamente a quienes se formen a nuestro alero, porque eso es lo que contribuirá a construir un mundo mejor, más justo y solidario.

La Unidad de Docencia, Investigación y Desarrollo Profesional (DIDEP) fue creada para articular, a través de las acciones que le son específicas, lo que es más propio de la actividad académica. Y naturalmente la asistencia, el ver y tratar pacientes, tarea primaria de una Clínica, es lo que hace posible desarrollar la docencia, la investigación y la extensión.

No somos otra Facultad de Medicina, de Enfermería o de Odontología. No somos una clínica privada más. Somos la Clínica donde nuestros profesionales trabajan y ejercen su profesión dando cada día lo mejor de sí mismos por cada paciente que nos consulta.

Nuestra Clínica debe ayudar a la Universidad en la construcción de una comunidad que en el respeto mutuo viva al servicio de la búsqueda de la verdad, verdad que en una institución católica está orientada por la revelación cristiana que entrega el sentido trascendente del hombre.

La exigencia contemporánea de adquirir y enseñar nuevos conocimientos, de adecuarse a los cambios sociales y económicos, de resistir las presiones ideológicas, son todas condiciones que suponen desafíos para los centros formadores, y nuestra Clínica, con más de 400 médicos y más de 1300 profesionales, debe ayudar y ser una con la Universidad.

El ideario de la Universidad en términos de que sus profesores “deben distinguirse por su competencia profesional, su rectitud de vida y por su disponibilidad para servir” es válido para todos los profesionales de nuestra Clínica. Tampoco puede faltar el alto grado de pertenencia a la institución, que significa concentrar, tarde o temprano, todas sus actividades en la Universidad y sus campos clínicos.

Para desarrollar la tarea que tenemos, la DIDEP debe necesariamente depender de la Dirección Médica, debe participar en la toma de decisiones que comprometen el quehacer de la Clínica, y debe, finalmente, conocer a quienes ingresan a la Clínica para saber de sus logros académicos, ayudarlos a desarrollarlos, y a articularlos con los propios de la Universidad. Este es el único modo de que todos tengamos un sueño común en el cual los proyectos personales se ordenan al servicio del proyecto institucional.

Por: Dr. Enrique Oyarzún E.

Director Unidad de Docencia, Investigación y Desarrollo Profesional

Profesor Titular Universidad de los Andes