12/10/2021
El Dr. Andre Fassler, neurocirujano, está realizando cirugías de estimulación profunda cerebral a lo largo de nuestro país.
La enfermedad de Parkinson es una de las patologías que más deteriora la calidad de vida de las personas y, aunque muchos pacientes puedan sobrellevarla con tratamientos farmacológicos, en ciertos casos, cuando los signos están muy avanzados, se hace necesaria una cirugía de alta complejidad. Sin embargo, pocas personas tienen la posibilidad económica de acceder a ella.
Esa realidad fue la que motivó al Dr. André Fassler, neurocirujano, a realizar estas intervenciones a pacientes de otras ciudades del país, como Coquimbo y Rancagua, que no tienen la opción de poder costearlas.
"Lo que queremos es que no sólo tengan acceso a esta tecnología quienes pueden costearla, sino que todos quienes la necesiten. Es por eso que, con un grupo de neurocirujanos y neurólogos, nos hemos propuesto ayudar a estos pacientes, además, la Fundación UANDES también nos ha apoyado para poder realizar estas cirugías en la Clínica".
Viajar a otras regiones es muy valioso, porque junto con ayudar a los pacientes, permite capacitar a más médicos en esta técnica para que, en un futuro, puedan ellos mismos liderar estos procedimientos. “Próximamente sumaremos procedimientos en Puerto Montt, y esperamos seguir llegando a otras localidades del país”, agrega el Dr. Fassler.
En total, han realizado más de 20 procedimientos durante este año con óptimos resultados.
La cirugía de estimulación cerebral profunda consiste en la implantación de electrodos en áreas específicas del cerebro, los que producen impulsos eléctricos que regulan los impulsos anormales. Los electrodos van conectados a un generador instalado en el pecho, cerca de la clavícula, que envía estas señales eléctricas al cerebro para reducir considerablemente los síntomas de la enfermedad y así, mejorar la calidad de vida de quienes la padecen.
Otras implicancias de la cirugía
El procedimiento de estimulación cerebral profunda también se realiza para pacientes con distonía y quienes presentan enfermedades del ámbito de la psicocirugía, como en casos de trastorno obsesivo compulsivo (TOC), depresión y ansiedad. Incluso, asegura el Dr. Fassler, hay estudios recientes con respecto a la amplitud de patologías que se pueden resolver. Si bien, hay algunas que están en fase inicial de investigaciones clínicas, hay otros que ya están aprobadas.
"El procedimiento que se realiza en la cirugía es similar al Parkinson, sólo que la zona donde se sitúa el electrodo es diferente, ya que depende de la sintomatología que tiene el paciente. Por ejemplo, si tiene depresión o Alzheimer, se instala en zonas distintas y los resultados son diversos. De todas maneras, esta técnica tiene muy buen pronóstico y buenos resultados", finaliza Fassler.