Isapres: el escenario en que nos encontramos

En los últimos meses, la crisis de las Isapres en Chile ha alcanzado niveles críticos, instalando a este sector en el centro del ojo público y generando incertidumbre al conjunto del sistema de salud chileno. En un año la Tercera Sala de la Corte Suprema modificó íntegramente la regulación de los precios de las Isapres a través de los tres fallos emitidos, generando un desequilibrio financiero que puede llevar a la insolvencia del sistema asegurador privado y poner en jaque a todo el sector salud.

En agosto pasado, se conoció el último fallo de la Tercera Sala de la Corte Suprema, donde se dejó sin efecto el alza de precio de la prima por Garantías Explícitas en Salud (GES), decretado por las isapres en octubre pasado para el periodo 2022-2024. Este nuevo fallo fija un alza máxima de 7.2 UF anuales, un 43% menos del alza promedio que habían fijado las Isapres (12.6 UF anuales). Este reajuste de precios implica un 11% de menores ingresos mensuales, siendo una muy mala noticia para las Isapres, que desde hace años vienen funcionando con números negativos.

Esta medida viene a sumarse al segundo fallo de la Tercera Sala emitido en noviembre pasado sobre la tabla de factores, el cual estableció que todo lo cobrado en exceso desde abril de 2020 deberá ser restituido. Esta cifra se estima en US$1.400 millones, deuda que la industria declara impagable.

Todo este escenario ha hecho necesaria la elaboración de un proyecto de “ley corta”, que hoy está siendo discutida en la Comisión de Salud del Senado y cuyo plazo de entrega vence en noviembre. A través de este proyecto de ley se busca generar el mecanismo para dar cumplimiento al fallo de la Corte Suprema y evitar el quiebre de las Isapres, así como también proponer mejoras a Fonasa.

A pesar de todas las iniciativas que las Isapres han implementado para poder contener los costos -disminución de costos administrativos, congelar precios, indicadores de gestión para control del costo siniestral, baja de precios a prestadores, etc.- estas no han sido suficiente para mitigar los impactos que los tres fallos han provocado y que generan un 20% menos de ingresos operacionales en una industria que opera con márgenes cercanos al 3%. Simplemente no dan los números.

Al respecto, la Asociación de Clínicas de Chile, ha planteado que el fallo impacta también, y de manera muy relevante, al sistema prestador privado, ya que más del 60% del financiamiento de las prestaciones de salud que entregan las clínicas proviene de las Isapres. Esto se añade a la deuda que mantienen las aseguradoras por servicios ya realizados y, de no existir una solución, la posibilidad de que se declaren en insolvencia antes de que termine el año es inminente.

La falta de claridad sobre cómo se llevarán a cabo las reformas y cómo se ajustarán los acuerdos contractuales actuales crea un ambiente de incertidumbre, que ha llevado a las clínicas del sector privado a pensar en medidas de resguardo ante un eventual colapso.

El resolver esta crisis implica no sólo un cambio en las políticas de precios y regulaciones en el sistema de salud, sino también que todos los actores del sector nos sumemos aportando en generar atención de salud costo eficiente, trabajando en modelos que permitan asegurar la calidad y seguridad de la atención al menor costo posible.

Nota: Esta información es de uso interno