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13/09/2021

"La cumbre es la excusa para tener un retiro distinto"

El Dr. Francisco Larraín, gíneco-obstetra, nos cuenta sobre su pasión por los cerros.

Desde los 14 años el Dr. Francisco Larraín, comenzó a interesarse por viajar y subir diferentes cerros. Le gustaba mochilear y eso le permitió conocer varios lugares de nuestro país. Tanto fue su interés por esta actividad, que a los 18 años decidió perfeccionarse y hacerlo de forma profesional con cursos de montañismo. Luego de esa preparación, comenzó a subir cerros con mayor complejidad.

"Con el tiempo me di cuenta que son bien escasos los médicos montañistas, por lo tanto mi presencia para expediciones importantes era como "apetecida", así que me invitaron a cerros complicados e incluso me invitaron a dos Himalayas, que son los cerros más importantes que he hecho", cuenta.

Entre las expediciones se encuentran: el Makalu (Himalaya), en Nepal el año 2001; el Nanga Parbat, en Pakistán (uno de los cerros más difíciles del mundo); el Kilimanjaro, en África; el Aconcagua, cerro más alto de Sudamérica; el cerro Parinacota, el más alto de la primera región. Y una de las que recuerda con más emoción es la expedición del cruce de los Campo de Hielo Norte el año 1996, que realizo caminando y en esquí. 

"Desde que me casé y tuve mis dos hijos ya no hago cosas tan peligrosas. Pero sigo subiendo cerros, me invitan y organizamos con amigos dos cerros importantes al año. Y regularmente los fines de semanas”, asegura.

En relación a su pasión por esta actividad, cuenta que más que la cumbre, lo que disfruta es el proceso. Planificar la expedición, juntarse con los amigos, conversar, compartir experiencias. "La cumbre es la excusa para tener una desconexión distinta, en la que te planteas una meta, das todo y te esfuerzas mucho. La meta es para ti, nadie te da un premio, te va a pagar o te va a felicitar. Es el hecho de tener desafíos personales difíciles que se ven inalcanzables", explica.

Sobre la preparación, asegura que es a largo y a corto plazo, por lo que empieza a entrenar aproximadamente dos años antes. "En los cerros muy altos, si estás muy entrenado aeróbicamente, es decir, con largas pedaleadas en bicicleta, trote, natación, y no estás entrenado en lo anaeróbico, no vas a poder rendir por la falta de oxígeno. Entonces para los cerros altos es complicado, porque es aeróbico y anaeróbico y tiene que ser hecho por personas especializadas. Y eso se demora aproximadamente dos años,  saliendo 2 o 3 veces a la semana, a las 5 de la mañana todos los días”. 

El entrenamiento a corto plazo empieza una o dos semanas antes de subir el cerro, y se basa principalmente en el cuidado en la alimentación, con una dieta rica en hidratos de carbono. 

Las expediciones a los Himalayas han sido un gran desafío tanto por su dificultad como por su peligrosidad. "Son cerros muy difíciles, sobre 8 mil metros, en que pasas por la "zona de la muerte". Y claro, hay que estar muy atento y alerta. Si te equivocas o calculas mal, o tomas un poco menos de agua, el riesgo es máximo. Son experiencias muy potentes, entonces cuando vuelves a la civilización después tienes súper claro qué es importante en la vida y qué no. Te das cuenta de que vivimos preocupados casi siempre de tonteras".

Al compartirnos su pasión, el doctor nos invita a desarrollar otras facetas de la vida, a encontrar una actividad que apasione profundamente. “El ser humano es muy interesante, tiene muchas cosas en qué pensar, por lo tanto, toda la gente debería tener un lado b, un lado c, un lado d. Hay música, arte y tantos temas, que no puede ser que los médicos estemos centrados solo en nuestro trabajo y no seamos capaces de pensar en otras cosas, siendo que el mundo es gigante”.