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11/03/2022

Los acuarios y el mundo de fantasía

Una pasión que el traumatólogo Philipp Anwandter comparte con sus hijos y que lo ayuda a desarrollar otra faceta en su vida. 


El Dr. Philipp Anwandter tiene una pasión aparte de la medicina, se trata del ecosistema acuático. De hecho, en un minuto de su vida pensó dedicarse a la biología marina, ya que considera lo subacuático como un “mundo de fantasía”.

Todo comenzó cuando era niño, en el litoral central de Maitencillo. Según cuenta, en el balneario existe una zona de buceo entre la marea baja y alta, donde se forman pozas que contienen anémonas, crías de moluscos, estrellas de mar, crustáceos, entre otros.


“Desde niño me gustaba mucho investigar y recolectar animales. Así comencé haciendo pequeños acuarios marinos, que duraban 1 o 2 días, donde coleccionaba peces, jaibas, etc. Después, un tío me regaló un acuario grande como de 500 litros”.


Nos explica que hay diferentes tipos de acuario, los de agua dulce o salada y de agua fría o tibia. Actualmente, tiene dos, y señala que es como tener un mini jardín o un mini ecosistema. “No es fácil mantener un ecosistema, porque hay que equilibrar la cantidad de peces, asegurarse de que convivan entre ellos y de que tengan un “jardín” adecuado”.


“Es completamente diferente al mundo terrestre, en el sentido de que la forma, los colores, la interacciones entre los animales, son de otro mundo. Eso es lo que más me interesa, pues siempre hay formas nuevas y extrañas. Me gusta mucho que sea como un medio ambiente inventado, como un mundo de fantasía”.


Esta afición que en su infancia compartía con su tío, ahora lo hace con sus hijos de 8, 10 y 11 años, a quienes también les encanta. Acostumbran ir a la playa para armar y desarmar pequeños acuarios, con especies marinas chilenas. Eso sí, solo por dos o tres días, porque después las deben devolver al agua. “Tiene la gracia de darle a los niños un poquito la sensación de cuidado por la naturaleza, de que aprendan cómo funciona”. 


Para el Dr. Adwandter tener un lado B es elemental para despejarse, especialmente en el último tiempo. “Cuando uno tiene una actividad que le apasiona, te genera una sensación de bienestar y de plenitud. Es bastante energético, recargador de pilas, y como médico es importante protegerse mentalmente para ejercer una buena labor”, enfatiza.


“Estoy muy contento de que me hayan entrevistado en esta sección, porque creo que compartir este lado nos mueve de la posición que cumplimos dentro de la Clínica, y permite ver al otro desde una mirada más complementaria, y eso me gusta mucho. Poder entender cómo piensa el otro, qué le gusta, qué le apasiona”, finaliza.