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09/05/2021

Reconversión de camas críticas

Gracias a la flexibilidad de los equipos y al apoyo de voluntarios, se han podido implementar más camas UCI y UTI por segundo año.

En noviembre del 2020, la Dirección General solicitó la elaboración de una estrategia ante la eventualidad de un rebrote por contagio de SARS-CoV-2, la que permitiría que, al momento de comenzar a aumentar casos y recibir solicitudes del MINSAL, pudiésemos reaccionar de manera mucho más organizada que el año anterior. Entonces, se comenzó el trabajo para volver a reconvertir camas críticas y así poder atender a los pacientes más graves derivados desde otros centros de salud.

Estando en mayo, se ha visto cómo esta segunda ola ha golpeado fuerte al país, tanto en el aumento de contagios como en el uso de camas críticas, ya que ahora no sólo están siendo utilizadas por pacientes con Covid-19, sino también por cientos de pacientes que requieren de una cama crítica debido a otras patologías, o que se han descompensado debido a la falta de controles médicos durante el 2020. 

La Dra. Natalia Siervo, subdirectora médica, y quien ha estado a cargo de la coordinación del aumento de camas críticas, cuenta que, ante este escenario, hubo que hacer un gran esfuerzo para pasar de 6 a 26 camas UCI y de 8 a 22 camas UTI. Para lograr este incremento no sólo ha sido necesaria la adaptación en cuanto a infraestructura y tecnología, sino también en personal clínico. Parte del equipo médico ha sido fundamental en esto, ya que se han ofrecido voluntariamente para colaborar en diversas tareas fuera de su área de trabajo, como elaboración de recetas de estupefacientes, llamado diario a familiares de pacientes, elaboración de informes de traslado de pacientes y uso de plataforma FONASA y UGCC. Para algunos, este es su segundo año como voluntario.

El Dr. Matías Salineros es uno de ellos y ha trabajado en la comunicación con los familiares de pacientes, en hacer recetas e informes de traslado: “Me motiva mucho ver el ánimo con el que siguen trabajando en todas las áreas críticas y me sentía culpable de no aportarles de alguna manera y alivianarles algo la carga. Además, por mi especialidad, he visto cómo a los pacientes les influye tener contacto con sus familiares y a ellos darles la tranquilidad que el paciente está bien cuidado y, sobre todo, que no está solo. Mi experiencia ha sido muy enriquecedora, lo agradecidos de los familiares, que alguien les cuente algo o les responda sus dudas, motiva a seguir haciéndolo”.

En tanto, la Dra. Bernardita Munita pasó el año 2020 de hacer un turno en UTI a trabajar de lunes a viernes, y este año, está apoyando desde el área administrativa porque está embarazada, haciendo resumen de traslados y copiando la evolución de los pacientes en plataformas del MINSAL.< /p>

Explica que decidió aumentar sus horas porque no podía quedarse sentada viendo a sus compañeros haciendo doble o triple turno, agotados. “Ha sido una buena experiencia, pero también muy fuerte desde el punto de vista emocional, porque nos enfrentamos a un virus nuevo, diferente, impredecible, lo que es agotador y frustrante. Además, nuestro rol ha sido acompañar a los pacientes también durante la hospitalización y en su muerte. Eso es muy doloroso, pero entre todo el equipo nos apoyamos. A pesar de todo, he sentido la satisfacción de aportar y puedo decir que no soy la misma de hace un año”, señala.

“Es importante poder apoyar a las áreas que más lo necesitan, ya sea reforzando los equipos para la atención clínica, o bien, en diversas tareas de tipo administrativo, igual de importantes y necesarias”, concluye la Dra. Siervo.

 

Dra. Natalia Siervo Briones