Clínica Universidad de los Andes / Noticia

Las personas jóvenes también pueden sufrir de cáncer de recto

Con solo 24 años Carlos Manquecoy enfrentó un diagnóstico complejo.
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Carlos Manquecoy (25) trabaja como reponedor en un supermercado. Es de Santiago, vive en la comuna de Independencia y junto a su pareja tienen un hijo de tres años. Se considera una persona sana, sin embargo, hace un año comenzó con algunos problemas de salud que llamaron su atención. “Estaba en mi trabajo, haciendo labores normales y me vino una hemorragia rectal. Lo encontré muy extraño y me preocupé. Cuando fui al doctor y me dieron las órdenes para los exámenes me di cuenta que podía ser algo realmente serio”, explica Carlos.

Por varias semanas tuvo hemorragias, con abundante sangrado que afectaban su rutina y autoestima, ya que le daba mucho pudor comentar la situación. Se realizó una serie de exámenes para determinar la causa de estas hemorragias y luego de una colonoscopía le entregaron el diagnóstico: cáncer de recto. “No es fácil enterarse que tienes cáncer, me costó mucho asimilarlo”, recuerda Carlos.

“Carlos tenía un tumor que aún estaba localizado en el recto, porque el cáncer de colon y recto parte en las paredes del colon, pero las células tumorales pueden producir metástasis o ramificarce a otros órganos. En su caso estaba aún confinado al recto, lo que lo hacía un buen candidato para ofrecerle un tratamiento con intención curativa”, explica el Dr. José Miguel Zúñiga, coloproctólogo de Clínica Universidad de los Andes.

“El cáncer de colon ha aumentado considerablemente en la población de nuestro país durante las últimas décadas y si bien, lo más frecuente es verlo en pacientes mayores de cincuenta años, cada vez se está diagnosticando más en pacientes jóvenes”, explica el especialista.

Carlos tuvo que iniciar su tratamiento con radioterapia pre operatoria en otra institución, y al cabo de unas semanas, ya se encontraba listo para entrar a pabellón en la Clínica Universidad de los Andes.

“Se realizó una resección del tumor por laparoscopía y una ileostomía que es una bolsita que recibe deposiciones. Al ser un procedimiento mínimamente invasivo, le permite a los pacientes tener una recuperación más rápida y con menor dolor en el post operatorio”, comenta el Dr. Zúñiga.

Tras la intervención, Carlos tuvo que someterse a doce sesiones de quimioterapia. “Fue un proceso muy duro y difícil, nunca había pasado por algo así. El apoyo de mi familia fue fundamental”, recuerda Carlos. Posteriormente también se realizó el cierre de la ileostomía pudiendo así dejar de usar la “bolsita”.

Si bien, el caso de Carlos es poco común, es recomendable que todas las personas mayores de 50 años hagan prevención del cáncer colorrectal con una colonoscopía o test de hemorragias ocultas. Si existen antecedentes familiares de cáncer de colon la recomendación es hacer prevención a partir de los 40 años o incluso antes.

“Estoy optimista y veo mi futuro con mucha tranquilidad, además me preocuparé de ir controlando ésta y otras enfermedades”, concluye Carlos.

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