Bruxismo: cuando el estrés se apodera de los dientes
Para muchos el fin de años significa un periodo estresante. Se acumulan compromisos familiares y sociales, las celebraciones en los colegios, las exigencias aumentan en el trabajo y además se suman las compras navideñas. Situaciones que pueden generar algunos problemas de salud, como el bruxismo.
El bruxismo es el acto de apretar o hacer rechinar los dientes de forma involuntaria. Este no distingue entre niños y adultos, y afecta de igual manera tanto a hombres como mujeres.
Al tratarse de una acción inconsciente, suele diagnosticarse cuando el paciente consulta por dolor de mandíbula, dolor de cabeza y sensibilidad dentaria aumentada, o el especialista nota un desgaste anormal en las piezas dentales debido a la presión excesiva o al roce entre los dientes.
El bruxismo puede ser nocturno o diurno, y la forma más común de tratarlo es con un plano de relajación que permite que la mandíbula se mueva libremente al morder mientras duerme, relajando los músculos y evitando el desgaste por roce de los dientes.
Consecuencias del bruxismo:
- Desgaste irreversible de dientes y molares
- Daño en las articulaciones de la mandíbula
- Sensibilidad dentaria frente al frío y calor
- Fracturas dentarias
- Enfermedades en las encías
- Dolor en zonas cercanas al oído
- Dolor de cabeza
- Ruidos al abrir o cerrar la boca