Clínica Universidad de los Andes / Noticia

Bruxismo: cuando el estrés se apodera de los dientes

Se trata de un problema muy común en adultos y niños, y que se debe prevenir o tratar a tiempo para no lamentar malestares mayores.
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La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el bruxismo como una actividad parafuncional que consiste en apretar y/o rechinar los dientes, estando despierto o dormido, afectando tanto a adultos como a niños.

Se trata de un trastorno muy frecuente en la población, ya que se estima que un 13% de los adultos a nivel mundial presenta bruxismo nocturno, mientras que entre un 20 a un 30% de la población lo padece durante el día.

No existe una causa específica o única para esta enfermedad, pero por lo general se asocia a una combinación de factores físicos, sicológicos y genéticos. La Dra. Camila Field, odontóloga de Clínica Universidad de los Andes, comenta que “vemos una gran cantidad de pacientes que sufren de bruxismo y que, por lo general, está asociado a un ritmo de vida con altos niveles de ansiedad y estrés”.

Si bien algunas personas pueden no presentar síntomas, otras pueden experimentar dolores de cabeza y de mandíbula o problemas dentales, entre otros.

Razones por las que hay que tratar el bruxismo

Si bien el bruxismo en sí mismo no es un trastorno peligroso, puede causar lesiones dentales permanentes, dolor molesto en la mandíbula, cefalea o incluso dolor de oído.

La Dra. Field enfatiza que “muchos pacientes se dejan estar y no consultan porque se han acostumbrado a vivir con tensión y dolor. No le toman el peso al problema y llegan a la consulta cuando los síntomas ya son muy intensos. Lo ideal es consultar desde un inicio, ya que lo mejor es prevenir y planificar un tratamiento adecuado a las necesidades de cada persona”.

Signos del bruxismo

Dentarios

  • Francturas dentarias
  • Aplanamiento o desgaste dentario
  • Dolor dentario
  • Sensibilidad por exposición de capas profundas
  • Sensación de dientes sueltos o móviles

Musculares

  • Dolor de cabeza
  • Dolor de cuello
  • Rigidez mandibular
  • Fatiga mandibular al comer o hablar
  • Limitación de movimiento mandibular

Articulares

  • Dolor articular
  • Dolor de oído
  • Ruidos articulares
  • Bloqueos mandibulares (abiertos o cerrados)
  • Inestabilidad articular

La especialista sostiene que el abordaje de este tipo de problemas, tanto en niños como adultos, debe incluir a múltiples especialidades médicas y dentales, como otorrinolaringología, neurología, psiquiatría, kinesiología, ortodoncia, odontopediatría, entre otras, de manera de darle una solución integral. “En Clínica Universidad de los Andes contamos con todas estas espacialidades, formando un equipo de trabajo con el que podemos brindar la mejor calidad de tratamiento a nuestros pacientes”, afirma la Dra. Field.

¿Cómo prevenir y tratar el bruxismo?

Una de las medidas más habituales es el uso de un plano de relajación durante la noche, el que permite estabilizar la mandíbula y evita desgastes o fracturas de dientes. Sin embargo, no es el único tratamiento ni todos los pacientes lo necesitarán, ya que dependerá de las afecciones que tenga y si tiene afectados los dientes, los músculos, las articulaciones o todo en su conjunto.

“Si bien es el tratamiento más conocido, no necesariamente es el mejor. Ayuda a mantener estables las condiciones mandibulares, una posición centrada respecto de las articulaciones, a la musculatura y a proteger los dientes del desgaste, pero si el dolor ya está en un músculo, afectando directamente fibras musculares, el plano por sí mismo no va a solucionar ese problema y tenemos que incorporar otras opciones de tratamiento”, explica la odontóloga.

Es así como, dependiendo de la afección, se puede recurrir a terapia manual- ya sea muscular o articular-, infiltraciones con distintos compuestos, como por ejemplo anestesia o ácido hialurónico, o trabajar en conjunto con cirugía para remodelar y cambiar las condiciones articulares, entre otras alternativas.

Recomendaciones para aliviar las molestias del bruxismo

  • Tener buenos hábitos de sueño, que aseguren un descanso adecuado tanto para el cuerpo como para la mente.
  • Favorecer buenos hábitos alimenticios y de hidratación. Tratar de evitar alimentos muy duros o resistentes, en caso de presentar dolor.
  • Utilizar los dedos índice y medio para masajear los músculos mandibulares en la zona de las mejillas y sienes. Esto permitirá aliviar la tensión acumulada y reducir el rechinamiento de dientes.
  • Colocar calor húmedo, con un paño o toalla tibia, sobre los músculos de la mandíbula durante diez minutos para aliviar la tensión.
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