Clínica Universidad de los Andes / Noticia

¿Cómo saber si un recién nacido sufre cólicos?

Llanto, movimiento de piernas, rigidez corporal, enrojecimiento de la cara, meteorismo e hinchazón son sus principales síntomas.
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Todos los recién nacidos lloran y se ponen inquietos a ratos, sobre todo durante los tres primeros meses. Sin embargo, cuando se presentan varios períodos a la semana de inquietud, llanto agudo y dificultad para que lo tranquilicen, puede ser signo de una afección conocida como cólico del lactante, que afecta a entre el 10 y 20% de los menores de cinco meses.

Los cólicos se definen como episodios recurrentes y prolongados de llanto intenso o irritabilidad, que suceden sin una causa aparente y que los cuidadores no son capaces de resolver. Es importante destacar que en el diagnóstico influye de manera notoria la información e interpretación de los signos por parte de los padres y, por otro lado, de la connotación cultural que se les atribuya a los síntomas en los lactantes menores.

El Dr. Mauricio Lagos, pediatra neonatólogo de Clínica Universidad de los Andes, explica que los cólicos del lactante menor están clasificados dentro de los trastornos digestivos funcionales, lo que significa que no hay una causa patológica subyacente.

“Esto quiere decir que no hay una patología grave que esté afectando al recién nacido, sino que puede haber múltiples causas, que van desde un aparato digestivo que no tiene una maduración completa, un desequilibrio en las bacterias de la microflora intestinal, alergia alimentaria, mala técnica alimentaria (que el lactante trague mucho aire al succionar), alimentación excesiva o deficiente”, explica el neonatólogo.

“No obstante, hay que puntualizar que dentro del total de lactantes que sufren cólicos, aproximadamente un 5% puede padecer una patología orgánica que amerite diagnóstico y tratamiento oportuno. En ese sentido, hay que estar atento cuando en un lactante se van sumando otras manifestaciones clínicas, como regurgitación y dermatitis”, enfatiza el especialista.

Afortunadamente para los padres y cuidadores, que suelen vivir esta situación con mucho estrés, se trata de un cuadro bastante acotado en el tiempo. “Habitualmente surge en la segunda semana de vida, con un peak a los 2 meses y de ahí empieza a ceder hasta estar libre a los 5 meses de vida. El 85% de los lactantes que sufren de cólicos dejan de tener síntomas al tercer mes”, enfatiza el Dr. Lagos.

Así, ¿cómo saber si el llanto y la irritabilidad de un recién nacido se deben a cólicos u a otra cosa?

El neonatólogo señala que frente a un bebé que llora en este periodo de vida, lo primero es chequear que no tenga hambre, cansancio, sueño, frío o calor, dolor por otra causa (por ejemplo, de garganta), fiebre, etc. “La mejor manera de diagnosticar cólicos es descartando otras cosas. Es necesario enfatizar que el paciente que padece de cólicos es una lactante que ¨se ve bien¨”, asegura el Dr. Lagos.

Además del llanto intenso, otros síntomas son:

  • Movimiento de piernas
  • Aumento del tono corporal (rigidez)
  • Enrojecimiento de la cara
  • Movimientos intestinales
  • Meteorismo
  • Abdomen globuloso (hinchado)

“Ante un recién nacido con estos síntomas es fundamental mantener la calma, no angustiarse y tomar las medidas necesarias para disminuir las molestias. Se debe consultar al pediatra si la molestia es muy intensa y persistente”, recomienda el neonatólogo.

No existe un tratamiento único para los cólicos, ya que va a depender de su causa. Se debe analizar caso a caso para determinar el tratamiento, que consistirá principalmente en adoptar medidas para reducir la intensidad y la duración de los episodios de cólicos.

Consejos para los padres

El Dr. Lagos sugiere eliminar de manera correcta los gases durante y al término de la alimentación. También es importante realizar periódicamente masajes abdominales para favorecer la eliminación de gases y deposiciones.

Si el niño se encuentra con una crisis de cólicos, una medida eficaz es llevarlo en un fular o porta bebés y pasearlo, de esta manera el movimiento favorecerá el peristaltismo intestinal, calmando el dolor.

Respecto del estrés que sufren los padres frente a esta situación, el pediatra recomienda descanso: “es importante turnarse con la pareja, o pedir ayuda a un familiar o amigo para que se haga cargo por un rato y poder descansar o salir a despejarse. Lo primero es cuidar la propia salud y para esto es importante tener un plan de rescate”.

Masajes para aliviar los cólicos

Soledad Castelló, matrona de Clínica Universidad de los Andes, comenta que existen masajes que ayudan a aliviar los cólicos de los recién nacidos. Para esto, sugiere “realizar movimientos suaves que favorezcan el movimiento intestinal, ayuden a la eliminación de gases y faciliten la eliminación de deposiciones, que en ocasiones es algo dificultosa”.

Si bien estos masajes pueden ser realizados por los propios padres en la casa, la especialista recomienda ver videos o participar en talleres para aprender la técnica.

Los masajes de cólicos se realizan en el abdomen. “Uno de los más comunes es realizar círculos en sentido de las agujas del reloj alrededor del ombligo, ampliando el círculo y aumentando la profundidad del movimiento. Otra alternativa es flectar ambas piernas del recién nacido sobre el abdomen, de manera que levante los glúteos y pueda pujar. Este movimiento también puede realizarse alternando las piernas simulando una bicicleta”, explica la matrona. 

El momento más apropiado para realizar el masaje es cuando el niño se encuentra en estado de "alerta tranquilo", es decir, cuando está despierto, tranquilo, sin apetito y con la disposición a recibir el masaje. Nunca se deben realizar después de la alimentación”.

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