Clínica Universidad de los Andes / Noticia

Diarrea, una enfermedad de verano

Cuando esta patología interrumpe sus vacaciones, existen varios consejos que puede considerar para terminar con ella.
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Durante el verano aumentan los casos de enfermedades gastrointestinales, que tienen como síntoma principal la diarrea. Esto se debe a una serie de razones que van desde el mayor consumo de frutas y verduras, que no siempre han sido debidamente lavadas; hasta los viajes fuera de Chile, donde las personas se ven expuestas a otro tipo de agua, de alimentos y, en ocasiones, a condiciones sanitarias deficientes.

Cuando esta patología interrumpe sus vacaciones, existen varios consejos que puede considerar para terminar con ella lo antes posible y seguir disfrutando de su viaje.  

La Dra. María Luz Endeiza, infectóloga de Clínica Universidad de los Andes, explica que "lo más importante es garantizar la hidratación de la persona, con abundantes líquidos frescos y a sorbos para evitar vómitos. Para esto, se puede consumir agua mineral, caldos salados, bebidas ricas en sales, té y sales de rehidratación oral". 

Las primeras 24 horas, se recomienda mantener una dieta líquida que incluya arroz, fideos, polenta con poco aceite y queso, gelatina dietética, manzana asada con edulcorante y banana. Un día después, incorporar carnes blancas asadas, hervidas o al horno. 

Si el cuadro diarreico es grave, incluye moco, pus, sangre o fiebre, debe consultar a un médico lo antes posible. 

¿Qué hacer en el caso de niños?

El riesgo de deshidratación en niños aumenta, por lo cual es importante evitar los cuadros diarreicos o combatirlos rápidamente, siguiendo los consejos anteriores. En el caso de los lactantes, continuar con la leche materna. 
En los niños no se recomiendan los antidiarreicos ni los antibióticos. En el caso de presentarse diarrea abundante, sangre, vómitos, fiebre o deshidratación, acudir a la consulta médica. 

Medidas de prevención

Para prevenir un cuadro diarreico en niños, cuidar el estricto lavado de manos antes de preparar alimentos, consumir todo bien cocido, respetar la cadena de frío, y utilizar agua potable para cocinar y para leches de fórmula. 
Además, lavar juguetes y chupetes que hayan caído al suelo y, finalmente, no comprar alimentos en la calle, por lo cual debe considerar colaciones a la hora de salir a recorrer.

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