Clínica Universidad de los Andes / Noticia

En vacaciones también hay que mantener la rutina del sueño

Los niños pueden acostarse más tarde en estos meses, pero no muchas horas después.
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El uso de pantallas y no respetar las rutinas son los principales factores que pueden alterar la calidad del sueño de los niños, lo que puede verse aumentado en el periodo de vacaciones, cuando muchos se duermen pasada la medianoche toda la semana. 

No dormir bien, es decir la cantidad de horas necesarias y con buena calidad de sueño, puede afectar la salud, desarrollo, concentración en clases y el ánimo. Por esto, los trastornos del sueño en niños son motivo cada vez más frecuente de consulta. 

La Dra. Alejandra Hernández, neuróloga pediátrica de Clínica Universidad de los Andes, explica que el sueño es un proceso que va madurando con el tiempo, al igual que el niño. A medida que crece, logra ciclar su sueño, es decir, estar despierto en el día y dormir por las noches. Sin embargo, hay pequeños que son inquietos y les cuesta quedarse dormidos. Cuando tienen más de un año de edad y no es fácil que se duerman o despiertan muchas veces en la noche, podrían tener un problema con su patrón de sueño y sería adecuado una evaluación por el pediatra o especialista en sueño infantil.

Muchas veces, el hecho de que un niño se despierte continuamente en las noches o se duerma tarde tiene relación con que la familia no cuenta con una rutina del sueño de manera regular, es decir, no tienen horarios para dormir o comer. También pueden existir aparatos tecnológicos que distraigan al menor, especialmente si son usados antes de intentar hacerlos dormir.

Agrega que el sueño es parte vital del desarrollo psicomotor e intelectual. Por ejemplo, un lactante que duerme adecuadamente tiene mejor crecimiento, rendimiento cognitivo y mejor madurez emocional. En tanto, el adolescente tiene mejor desempeño intelectual porque el sueño es muy importante para la consolidación del aprendizaje. Así, el rendimiento escolar está estrechamente relacionado con el buen dormir. “Si el niño se acuesta tarde y lo levantan temprano en la mañana para ir al colegio, determina que vaya trasnochado a clases, con pocas probabilidades de que aprenda y con una menor capacidad de concentración. Es esencial establecer rutinas, con horarios definidos”, afirma la Dra. Hernández.

Si bien en vacaciones se puede ser un poco más flexible con los horarios, es importante que los niños y adolescentes duerman la cantidad de horas necesarias. Esto es, entre 10 a 12 horas los niños, y los adolescentes, entre 8 a 10 horas, aproximadamente. Asimismo, es ideal que el momento de dormir no se atrase más de un par de horas de lo habitual. 

Consejos para que los niños logren dormir:

-        Organizar las comidas con horarios

-        Establecer los horarios de descanso

-        Preparar al niño cuando se acerca la hora de dormir. Por ejemplo, seguir una rutina que sea bañarlos, contarles un cuento y acostarlos, apagando las luces y eliminando ruidos molestos

-        No ofrecerles alimentos con cafeína (bebidas cola) ni altos en azúcar en las horas previas a ir a la cama

-        Que el dormitorio sea un lugar de descanso, sin aparatos audiovisuales

-        En relación a los adolescentes, se sugiere fuertemente que los celulares sean cargados fuera de su dormitorio porque la luz que emiten altera el funcionamiento de la melatonina, hormona que regula el reloj biológico de nuestro organismo y nos permite iniciar el sueño.

 

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