Es hora de prevenir la tuberculosis
El diagnóstico y tratamiento oportuno son indispensables.
Hoy se celebra el Día Mundial de la Tuberculosis, enfermedad infecciosa considerada como una de las más prevalentes a nivel mundial. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, cada día mueren alrededor de 4500 personas y 30.000 se infectan diariamente. Por esto, el lema de la campaña de este año es “Ya es hora” y se refiere a que es tiempo de adoptar medidas para prevenirla, avanzar en su eliminación y terminar con el estigma que sufren los pacientes con esta enfermedad.
La tuberculosis es una infección causada por el agente Mycobacterium tuberculosis que se transmite por vía respiratoria inhalando secreciones producidas al toser, estornudar o mediante saliva, de alguien enfermo. La transmisión suele darse principalmente por una exposición prolongada en el tiempo frente a una persona con la patología.
“Se puede adquirir este agente, pero pasar muchos años sin enfermarse gracias a que el sistema inmune mantiene inactivo al microorganismo; en este caso, se habla de tuberculosis latente y no se transmite. En cambio, cuando se presentan síntomas, la persona tiene una tuberculosis activa y puede transmitir la enfermedad a los demás; esto suele ocurrir por un debilitamiento del sistema inmune”, explica el Dr. Javier Tinoco, infectólogo de Clínica Universidad de los Andes.
Esta patología afecta principalmente los pulmones y se presenta con tos prolongada de dos o más semanas, con expectoración o sangre, además de dolor torácico, dificultad para respirar, fiebre, calofríos, fatiga y falta de apetito. En algunos casos, también se pueden ver afectados otros órganos como riñones, columna vertebral y cerebro, entre otros.
La infección puede adquirirse a cualquier edad, pero tienen más tendencia a desarrollarla las personas que tienen su sistema inmune debilitado, problemas nutricionales o enfermedades crónicas.
El Dr. Tinoco asegura que el tratamiento se reconoce como eficaz y consiste en la administración de varios medicamentos anti-tuberculosos, pero por un tiempo prolongado en la que el paciente debe mantener su terapia para lograr resolver la enfermedad y evitar recaídas.
Las personas que han estado expuestas a un caso de tuberculosis se deben evaluar con exámenes como pruebas cutáneas, radiografía de tórax y estudios de expectoración (en caso de presentar síntomas). “La mejor manera de prevenir la transmisión es realizando un diagnóstico y tratamiento oportuno a las personas enfermas”, afirma el especialista.
La tuberculosis es una infección causada por el agente Mycobacterium tuberculosis que se transmite por vía respiratoria inhalando secreciones producidas al toser, estornudar o mediante saliva, de alguien enfermo. La transmisión suele darse principalmente por una exposición prolongada en el tiempo frente a una persona con la patología.
“Se puede adquirir este agente, pero pasar muchos años sin enfermarse gracias a que el sistema inmune mantiene inactivo al microorganismo; en este caso, se habla de tuberculosis latente y no se transmite. En cambio, cuando se presentan síntomas, la persona tiene una tuberculosis activa y puede transmitir la enfermedad a los demás; esto suele ocurrir por un debilitamiento del sistema inmune”, explica el Dr. Javier Tinoco, infectólogo de Clínica Universidad de los Andes.
Esta patología afecta principalmente los pulmones y se presenta con tos prolongada de dos o más semanas, con expectoración o sangre, además de dolor torácico, dificultad para respirar, fiebre, calofríos, fatiga y falta de apetito. En algunos casos, también se pueden ver afectados otros órganos como riñones, columna vertebral y cerebro, entre otros.
La infección puede adquirirse a cualquier edad, pero tienen más tendencia a desarrollarla las personas que tienen su sistema inmune debilitado, problemas nutricionales o enfermedades crónicas.
El Dr. Tinoco asegura que el tratamiento se reconoce como eficaz y consiste en la administración de varios medicamentos anti-tuberculosos, pero por un tiempo prolongado en la que el paciente debe mantener su terapia para lograr resolver la enfermedad y evitar recaídas.
Las personas que han estado expuestas a un caso de tuberculosis se deben evaluar con exámenes como pruebas cutáneas, radiografía de tórax y estudios de expectoración (en caso de presentar síntomas). “La mejor manera de prevenir la transmisión es realizando un diagnóstico y tratamiento oportuno a las personas enfermas”, afirma el especialista.