Clínica Universidad de los Andes / Noticia

¿Existen los alimentos adictivos?

Las comidas muy procesadas, además de no aportar nutricionalmente, pueden llevar a comer en exceso.
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El azúcar, sal y la grasa, entre otros componentes, generan dependencia y adicción. Y el problema es que se utilizan para elaborar cientos de productos de consumo común. Esta atracción casi incontrolable se produce porque que el simple olor o el sabor de comidas apetitosas -como pizza, papas fritas, helados o chocolate- activan los circuitos cerebrales asociados a la adicción.

Por esto, la satisfacción que producen estos alimentos hace que muchos pierdan el control de su comportamiento alimenticio y quieran seguir comiendo, aunque no tengan hambre. Y es que no solo los hacen más ricos, también mejoran la textura de los alimentos, haciéndolos más atractivos aún.

Asimismo, el problema no sólo está en aquellos componentes que predominan en ciertas comidas, sino también en que muchas veces están combinados, haciéndose más atractivos aún. Los principales ingredientes adictivos son:

  • Azúcar
  • Sal
  • Grasas
  • Aceites
  • Carbohidratos refinados
  • Espesantes
  • Saborizantes artificiales

Jessica Liberona, nutricionista del Programa de Obesidad y Diabetes de Clinica Universidad de los Andes, explica que estos hábitos poco saludables son una tendencia en Chile. Según la última encuesta nacional de salud, detectó que, en nuestro país, un 75% de la población tiene exceso de peso, posicionándonos en el primer lugar de América Latina. 


Favorecer una alimentación adecuada

La especialista detalla cuatro pilares fundamentales para una nutrición saludable:


  • Tener hábitos saludables y sostenibles en el tiempo. Para esto, hay que tener un plan de alimentación equilibrado, privilegiando la ingesta de frutas y verduras, de carnes magras y de carbohidratos integrales, como el arroz y las pastas, permite tener un control de peso y mayor bienestar.
  • Impulsar estos hábitos en todas las etapas de la vida, por lo tanto, es primordial restringir los productos altos en azúcares y grasas saturadas desde pequeños, ya que, en el largo plazo, van a producir enfermedades cardiovasculares y cáncer.
  • Moderar el consumo de sodio, ya que su ingesta desmedida puede provocar un alza en la presión arterial. 
  • Regular la ingesta de azúcar, que produce enfermedades como obesidad, hígado graso, resistencia a la insulina, diabetes y enfermedades cardiovasculares.

“Concientizar sobre la importancia de llevar una alimentación equilibrada es la clave para tener un mejor estilo de vida, prevenir enfermedades, sobre todo crónicas, y a la larga, estar sanos”, afirma Jessica. 


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