¿Por qué están resurgiendo enfermedades como la tos convulsiva?
Durante los últimos meses, se ha registrado un repunte preocupante de algunas enfermedades prevenibles con una medida tan simple como la vacunación. Una de ellas es la tos convulsiva, también llamado tos ferina o coqueluche.
Adultos y niños se han visto afectados en varios países de América Latina, debido principalmente a una baja en las tasas de inmunización. Esto por la falta de refuerzos en adultos y adolescentes (vacuna DTPa), y la baja percepción del riesgo, ya que muchas personas creen erróneamente que es una enfermedad del pasado.
Al respecto, la Dra. María Luz Endeiza, infectóloga pediátrica y jefa del Vacunatorio de Clínica Universidad de los Andes, señala que “la vacuna es la principal herramienta sanitaria para evitar la propagación de muchas enfermedades, ha sido una de las intervenciones de salud más eficaces y de mejores resultados, ya que ha salvado la vida de millones de personas. En Chile, además, es una vacuna gratuita”.
Tos convulsiva: mucho más que una tos fuerte
El coqueluche es una enfermedad infectocontagiosa que se trasmite principalmente por la vía aérea, a través de las gotitas que uno expele al hablar, toser o estornudar. Es altamente contagiosa por lo que se requieren tasas de cobertura de vacunación de 90 a 95% para evitar la circulación de esta bacteria.
La Bordetella pertussis es la bacteria responsable de esta enfermedad, produce una infección en la faringe, que también puede afectar la laringe, la tráquea y los bronquios. Se caracteriza por provocar una tos intensa, persistente y espasmódica, con silbidos (sibilancias) y dificultad para respirar.
Los menores de seis meses son los que corren más riesgos para su salud. “En ellos aumentan los casos de neumonitis y compromiso inflamatorio de pulmón, además de producir apneas, llegando incluso a la muerte. Por esto, en Chile, el Programa Nacional de Inmunizaciones contempla la vacunación contra el coqueluche a los 2, 4 y 6 meses, con un refuerzo a los 18 meses y otros dos en 1ª y 8 ª básico", explica la especialista.
El contagio se produce por contacto directo con secreciones respiratorias de una persona infectada, por lo que la vacunación infantil y los refuerzos en adolescentes y adultos son fundamentales para cortar la cadena de transmisión.
¿Quiénes deben vacunarse contra el coqueluche?
De acuerdo al Programa Nacional de Inmunizaciones (PNI):
- Tres dosis de la vacuna hexavalente a los dos, cuatro y seis meses de edad
- Refuerzo a los 18 meses de edad
- Dos refuerzos más en primero y octavo básico de la vacuna dTp acelular
- Embarazadas, a las 28 semanas de gestación, etapa en que se traspasan la mayor cantidad de anticuerpos al feto
Asimismo, existen estrategias “capullo” para vacunar a los adultos que viven con un recién nacido y que no estén con su vacunación al día: “se sugiere a todo mayor de 18 años que no haya recibido vacuna en octavo básico (antes del 2013) que se coloque un refuerzo (particular). También, es recomendable consultar al ginecólogo o al pediatra en relación a esta estrategia. Y, para quienes viajan al extranjero, recomendamos esta vacuna dTpa”.
“Las vacunas no solo son importantes para la persona que las reciben, sino también para proteger a los que no pueden vacunarse por su edad o alguna contraindicación, ya que estarán protegidos por todos los vacunados al cortar la trasmisión del agente patógeno”, asegura la Dra. Endeiza.