Clínica Universidad de los Andes / Noticia

Rostro renovado: los tratamientos más elegidos en invierno

Cirugías que redefinen estructuras faciales y procedimientos no invasivos con resultados inmediatos.
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Los meses más fríos del año no solo son sinónimo de abrigos y bebidas calientes, también se convierten en el momento ideal para darle un nuevo aire al rostro.

Menor exposición al sol, que ayuda a evitar manchas e inflamación en la piel, y ropa más abrigada, que permite disimular con mayor facilidad los signos del postoperatorio, hacen de estos meses un excelente escenario para optar por tratamientos estéticos y cirugías faciales que ayudan a mejorar la apariencia de forma natural y progresiva.

La Dra. Carolina Salisbury, cirujana plástica de Clínica Universidad de los Andes, recalca que “cada vez más personas aprovechan esta época del año para realizar procedimientos mínimamente invasivos o intervenciones quirúrgicas con resultados duraderos”.

La especialista agrega que, “si bien las mujeres representan más del 80% del total de procedimientos estéticos, la demanda en hombres ha ido creciendo, especialmente en tratamientos faciales como rinoplastía y toxina botulínica”.

En Chile, los tratamientos estéticos no quirúrgicos han aumentado sostenidamente en la última década, en especial en pacientes de entre 30 y 50 años, quienes buscan resultados naturales sin grandes tiempos de recuperación.

¿Cuáles son los procedimientos más populares?

Los tratamientos faciales se pueden clasificar en invasivos, como cirugías, y mínimamente invasivos, como procedimientos estéticos para mejorar la calidad de la piel. Si bien ambos buscan mejorar la apariencia de la persona, se diferencian en su profundidad, duración y recuperación.

Tratamientos mínimamente invasivos

Son rápidos, con poco o ningún tiempo de recuperación y resultados visibles en poco tiempo. Son ideales para quienes buscan un cambio sutil y progresivo. Sin embargo, sus efectos son temporales y requieren mantención regular para conservar los resultados.

Los principales son:

  • Toxina botulínica (Botox®): utilizada para relajar los músculos que generan arrugas de expresión, especialmente en la frente, entrecejo y contorno de ojos. Es rápida, segura y no requiere tiempo de reposo.
  • Ácido hialurónico: se aplica en áreas como labios, pómulos, mentón u ojeras para recuperar volumen, definir contornos y suavizar líneas. El resultado es inmediato y natural.
  • Rejuvenecimiento con láser o peelings: estimulan la regeneración celular, mejoran la textura de la piel y reducen manchas y cicatrices. Ideales para revitalizar el rostro durante los meses con menor radiación solar.

Procedimientos invasivos

Algunos son las cirugías para mejorar el aspecto facial, que ofrecen transformaciones más profundas y duraderas, permitiendo corregir estructuras faciales y lograr un cambio más notorio. Sus principales desventajas son un mayor tiempo de recuperación y necesidad de cuidados postoperatorios.

Las más comunes son:

  • Blefaroplastía: remueve el exceso de piel y grasa en los párpados, abriendo la mirada y reduciendo el aspecto de cansancio. Es una cirugía ambulatoria que rejuvenece el rostro sin alterar su expresión natural.
  • Rinoplastía: permite corregir tanto la forma como la función de la nariz. Es una de las cirugías más personalizadas, y sus resultados pueden cambiar significativamente la armonía facial.
  • Liposucción de papada: indicada para quienes tienen acumulación de grasa bajo el mentón. Define el contorno facial, mejora el perfil y se realiza de forma ambulatoria.

Dado que el rostro es la principal carta de presentación, la Dra. Salisbury enfatiza que “lo más importante es que cada tratamiento o cirugía se ajuste a las características y expectativas de cada paciente. Por eso, una buena evaluación médica es clave para lograr resultados armónicos y seguros”.

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