Clínica Universidad de los Andes / Noticia

Suplementos vitamínicos y proteicos: ¿realmente son necesarios?

Aunque están de moda, no todos son inocuos ni útiles para la salud.
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El uso de suplementos alimenticios ha crecido exponencialmente en los últimos años. En redes sociales, gimnasios y tiendas online abundan productos que prometen aumentar la masa muscular, mejorar el rendimiento o compensar una dieta poco equilibrada. Pero ¿son necesarios para todos? ¿Y qué riesgos puede implicar su consumo sin control médico?

De acuerdo con la Dra. Lorena Salinas, nutrióloga y diabetóloga del Programa de Obesidad de Clínica Universidad de los Andes, el primer paso es entender qué son realmente estos productos: “los suplementos no son fármacos y su regulación es distinta. En muchos países existe una gran flexibilidad en su composición, por lo que lo que el contenido del producto o su calidad puede no corresponder totalmente a la realidad. Eso es algo que no siempre se sabe”.

Además, agrega la especialista, existe la creencia de que lo natural es mejor. Sin embargo, también puede tener repercusiones. “Hay suplementos de origen vegetal u otros extractos, que pueden tener efectos tóxicos o interacciones con medicamentos. No todo lo que proviene de una planta es inofensivo”, explica.

Por eso, antes de iniciar cualquier suplementación, es esencial revisar su composición y consultar a un profesional de la salud.

Suplementos vitamínicos: cuándo sí y cuándo no

Solo deben usarse cuando existe una deficiencia comprobada o una condición clínica que lo justifique.

Entre los casos más comunes están:

  • Trastornos de absorción intestinal
  • Déficit nutricional diagnosticado
  • Adultos mayores con riesgo de malnutrición

“Tomar una vitamina no reemplaza una alimentación equilibrada. La base siempre debe ser una alimentación balanceada y saludable”, enfatiza.



Suplementos proteicos: solo para quienes realmente los necesitan

El auge de los batidos proteicos y la creatina también ha llevado a muchos a consumirlos de forma excesiva. Estos suplementos fueron diseñados originalmente para deportistas de alto rendimiento, no para quienes realizan actividad física de manera ocasional.

“La creatina tiene evidencia en la reducción de lesiones y el whey protein puede favorecer el desarrollo muscular, pero siempre sobre la base de una alimentación adecuada y un tipo de ejercicio específico”, explica la especialista.

Si la persona realiza actividad recreativa o a un nivel de baja intensidad o duración, el cuerpo no necesita ese aporte extra. Además, un exceso de proteína puede sobrecargar los riñones y generar daño a largo plazo.



Grupos que deben evitar los suplementos

Existen poblaciones para las que el consumo de suplementos —sin supervisión— puede ser riesgoso:

  • Personas con enfermedades hepáticas o renales crónicas
  • Mujeres embarazadas o en lactancia
  • Niños y adolescentes que aún están en desarrollo
  • Personas con alteraciones metabólicas hereditarias

¿Y qué pasa con el colágeno, melatonina u omega 3?

En los últimos años también se ha popularizado el consumo de productos como colágeno, melatonina y omega 3. La Dra. Salinas explica que “la evidencia científica detrás de muchos de ellos aún es limitada”.

Por ejemplo, está comprobado que la melatonina puede ser útil para regular el sueño, pero no debe usarse sin indicación. En tanto, el omega 3 tiene beneficios en la salud cardiovascular, pero si no se consume pescado ni se sigue una dieta adecuada, su efecto es limitado. Mientras que algunos estudios sugieren que el colágeno alivia las molestias articulares, pero no previene el envejecimiento.



El uso de suplementos debe evaluarse caso a caso. “No todos los cuerpos los necesitan y su consumo innecesario o excesivo puede tener consecuencias, por lo que debe ser indicado por un profesional de la salud, como un médico o una nutricionista, concluye la Dra. Salinas.

Una alimentación equilibrada y variada sigue siendo la mejor fuente de proteínas, vitaminas y minerales. Los suplementos pueden ser útiles, pero bajo supervisión médica y con indicaciones claras.