Actualización al 2021
La infección por hantavirus es una enfermedad infecciosa aguda, potencialmente mortal, que puede derivar rápidamente en un síndrome cardiopulmonar. La infección se adquiere al entrar en contacto con el ratón de cola larga (Oligoryzomys longicaudatus), que habita desde el sur del desierto de Atacama hasta la Región de Aysén, principalmente en terrenos cubiertos por malezas y arbustos y cercano a fuentes de agua. El virus hanta no se transmite de persona a persona.
El período de incubación del hantavirus es de una a tres semanas, pudiendo extenderse hasta seis. Algunas personas son asintomáticas.
Los primeros síntomas de la infección por virus hanta son similares a los de la influenza:
- Fiebre sobre 38°C
- Dolores musculares
- Tos
- Cefalea
- Dificultad respiratoria
Además, puede manifestarse con:
- Diarrea
- Náuseas
- Vómitos
- Dolor abdominal
La dificultad respiratoria puede emporar rápidamente y hacer que la persona afectada requiera soporte ventilatorio mecánico de forma urgente.
La enfermedad por hantavirus es producida por el virus hanta, transmitido por el ratón de cola larga (Oligoryzomys longicaudatus), ya sea al entrar en contacto directo con uno de estos ejemplares infectados o en ambientes contaminados con su orina, deposiciones o saliva.
El virus se transporta en partículas aerosolizadas, lo que le permite ser inhalado por las personas. De esta forma llega a los pulmones, principales órganos afectados, donde el virus afecta los capilares sanguíneos, y promueve que el tejido pulmonar se llene de fluidos, lo que desencadenará dificultad respiratoria y pondrá en riesgo la vida de la persona enferma.
Quienes desarrollan un cuadro grave por virus hanta, suelen requerir hospitalización en una Unidad de Cuidados Intensivos, ya que se les debe administrar oxígeno y, muchas veces, deben ser conectadas a un ventilador mecánico.