Casi todos los ACV e infartos cardiacos podrían evitarse
A nivel mundial, y Chile no es la excepción, las enfermedades cardiovasculares son las principales causas de muerte, siendo el ataque cerebrovascular (ACV) la que cobra más vidas.
Se estima que en el país se produce un ACV cada 15 minutos y que cada día muere una persona por esta enfermedad. A esta realidad hay que sumar el gran número de sobrevivientes que quedan con secuelas graves, por lo que el ACV también es una de las primeras causas de discapacidad en Chile.
“En el desarrollo de las patologías cardiovasculares influyen muchos factores, los cuales la gran mayoría son modificables. Es decir, está en nuestras manos evitar estas enfermedades”, afirma la Dra. Dominique Lister, neuróloga del Centro de Neurociencias de Clínica Universidad de los Andes.
Así lo confirma un estudio internacional reciente publicado en la Revista del Colegio Americano de Cardiología, el cual establece que el 99 % de los casos de infarto, accidente cerebrovascular o insuficiencia cardiaca se asocian a factores de riesgo modificables. Este resultado subraya la importancia de la prevención como estrategia central para reducir la carga de enfermedades cardiovasculares.
¿Qué son los factores de riesgo modificables?
Son aquellos hábitos o condiciones que la persona puede cambiar o controlar con intervención médica o cambios en el estilo de vida. Los principales son:
- Hipertensión arterial
- Colesterol alto (dislipidemia)
- Glucosa elevada o diabetes tipo 2
- Tabaquismo
- Sedentarismo
- Obesidad o sobrepeso
- Dieta poco saludable
- Consumo excesivo de alcohol
A diferencia de los factores no modificables (edad, genética, antecedentes familiares), estos pueden intervenirse activamente para disminuir el riesgo cardiovascular.

¿Qué hacer para reducir el riesgo?
Tal como explica la Dra. Lister, “cuando estos factores se tratan a tiempo, podemos prevenir no solo un infarto, sino también daños cerebrales irreversibles por ACV. La prevención modifica el pronóstico”.
Algunas acciones a tomar ahora:
- Medir la presión arterial periódicamente y tratarla si está alta
- Controlar lípidos (colesterol LDL, HDL, triglicéridos)
- Mantener la glucosa bajo control
- Abandonar el hábito de fumar
- Realizar actividad física regular (por ejemplo, 150 minutos semanales moderada)
- Seguir una dieta rica en frutas, verduras, granos enteros, pescado, baja en grasas saturadas
- Moderar el consumo de alcohol
- Realizar chequeos preventivos cada cierto tiempo, según edad y antecedentes
Estas acciones no solo reducen el riesgo de infarto o ACV, sino que también benefician la salud general (función renal, salud metabólica, estado vascular).
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