Clínica Universidad de los Andes / Noticia

¿Cómo funciona la mente de un fanático?

La dopamina es la responsable de que la pasión se convierta en una obsesión descontrolada.
Mentalidad del fanático
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Gritos, locura, llantos e incluso desmayos son comunes en esta época del año. El Festival de Viña trae consigo a varios artistas y con ellos cientos de fans se pelean las entradas e incluso se reúnen fuera de los hoteles para verlos y lograr una foto con ellos. 

Muchos de los que se han presentado en la Quinta Vergara han generado reacciones poco esperadas de fanáticos que en muchos casos cuesta entender, pero ¿por qué lo hacen? ¿qué pasa por sus mentes? 

La psiquiatría lo explica a través del fanatismo, esto es, la adhesión incondicional a una causa, sin límites ni matices, hasta el extremo de realizar cualquier tipo de acción en su favor, incluso matar o morir por ella. 

Algunas investigaciones señalan que un neurotransmisor químico llamado dopamina podría jugar un importante papel en los procesos cerebrales que conducen comportamientos fanáticos, independientemente de la forma en que se expresen. 

La Dra. Andrea Aguirre, psiquiatra infanto-juvenil de Clínica Universidad de los Andes, señala que “las neuronas que manejan la dopamina están muy relacionadas con las emociones que experimentamos y se activan cuando el organismo obtiene placer con alguna acción”. 

Los aficionados a un cantante obtienen placer al escuchar sus canciones, pero esta sensación se multiplica si ven al artista en vivo sobre un escenario. En esos momentos se libera mucha más dopamina y se experimenta una felicidad considerablemente más intensa. 

Por otro lado, el constante fanatismo a uno o más artistas se explica porque el cerebro se acostumbra a estas neurorecompensas. “La repetición de las recompensas acaba por crear una señal permanente en los circuitos cerebrales, que invita a los individuos que viven tales satisfacciones a buscarlas nuevamente”, la especialista. 

Finalmente, la Dra. Aguirre explica que “en adolescentes el cerebro es inmaduro y tiene más receptores dopaminergicos, lo que hace que sean vulnerables a caer en conductas de riesgo que involucran el placer, emociones fuertes estimulantes y drogas, el cual es el mismo circuito de placer recompensa y adicción”.
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