SIBO: Las molestias de tener un sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado
El intestino alberga millones de microorganismos esenciales para la salud. Sin embargo, cuando esas bacterias aumentan en forma excesiva, superando los niveles considerados fisiológicos (normales), pueden aparecer molestias que alteran la rutina y el bienestar, pues estas bacterias extra consumen los nutrientes y fermentan los carbohidratos, lo que provoca síntomas molestos. A esta condición se le conoce como SIBO, por sus siglas en inglés Small Intestinal Bacterial Overgrowth.
La Dra. Macarena Hevia, gastroenteróloga del Programa Neurogastroenterología y Motilidad Digestiva de Clínica Universidad de los Andes, explica que el SIBO se trata de una condición provocada por un desbalance de la flora intestinal, pero no es una enfermedad.
Asimismo, cuando es considerado patológico, puede presentar síntomas como:
- Dolor abdominal recurrente
- Distensión abdominal
- Flatulencia
- Gases de mal olor
- Alteración en la consistencia de las deposiciones, ya sea diarrea o estreñimiento
- Alteración en la frecuencia de los movimientos intestinales
Comprender lo que le ocurre al paciente es clave para acompañarlo de manera adecuada. Por eso, el trabajo del equipo clínico busca no solo tratar los síntomas, sino también orientar, escuchar y entregar un cuidado personalizado.
Cómo se diagnostica: un examen simple y no invasivo
Aunque lo ideal sería estudiar directamente la flora intestinal del intestino delgado mediante un cultivo, ese análisis no es aplicable en la práctica clínica. Por eso, se utiliza el test de aire espirado (TAE). Es un examen no invasivo, que consiste en la medición de gases liberados por la fermentación bacteriana y es eliminado hacia el aire desde los pulmones. “Gracias a este procedimiento, es posible evaluar la presencia de hidrógeno y metano —gases producidos por las bacterias intestinales— y determinar si existe sobrecrecimiento”, señala la Dra. Hevia.
El examen se realiza tras la administración de un sustrato, como lactulosa o glucosa, y luego se toman mediciones seriadas que permiten identificar patrones compatibles con SIBO. La preparación previa es fundamental: se indica suspender el uso de antibióticos, algunos fármacos y probióticos, y contar con un periodo de ayunas de, al menos, ocho horas.
Este enfoque diagnóstico refleja el trabajo coordinado entre especialistas, tecnólogos médicos y equipos de apoyo, que garantizan un proceso seguro, claro y respetuoso para cada persona.
Tratamiento y acompañamiento para recuperar el bienestar
El abordaje del SIBO combina cambios en la alimentación, ajustes en el estilo de vida y, en algunos casos, uso de antibióticos para restablecer el equilibrio bacteriano. También es importante corregir eventuales déficits nutricionales y tratar las causas predisponentes, para evitar recurrencias y mejorar la salud gastrointestinal a largo plazo.
El propósito es que cada paciente recupere su ritmo, pueda vivir con mayor comodidad y comprenda su condición con información clara y confiable.
