Clínica Universidad de los Andes / Noticia

PREGUNTA AL DOCTOR: ¿Por qué siento tantas ganas de comer al estar en cuarentena?

Jessica Liberona, nutricionista del Programa de Obesidad y Diabetes, responde esta duda.
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La culpable es la ansiedad, que se ha visto muy aumentada durante esta larga pandemia. Dan ganas de comer porque se confunden las emociones: la ansiedad con el deseo de recibir una recompensa al comer algo rico.

Esto está gatillado por una respuesta fisiológica. Al estar sometido a estrés, como pueden ser las cuarentenas, el teletrabajo y clases online, tener a algún ser querido enfermo o perder el trabajo, y la incertidumbre que vivimos en estos momentos, se secretan distintas sustancias en el organismo que llevan a activar esta conducta o ganas de comer, principalmente, cosas dulces.

Para manejar esta ansiedad, lo más recomendable es llevar una alimentación lo más balanceada posible y elegir alimentos que contengan:

  • Magnesio: frutos secos, semillas, legumbres
  • Zinc: huevos, lácteos, carnes
  • Omega-3: pescados grasos, nueces
  • Fibra: verduras, frutas

Asimismo, hay que evitar los alimentos que aportan azúcares (pasteles) y grasas (snack salado) porque generan una sensación de recompensa muy corta, por lo que se vuelve a comer al poco rato.

Para detener esta conducta, hay que reconocer cuándo se está comiendo por ansiedad. Se puede distinguir porque se tiene un gatillante repentino de querer comer algo, como un antojo que provoca una sensación o deseo incontrolable de comer, lo que es seguido por una sensación de culpa por haberlo hecho.

También ayuda a evitar comer por ansiedad el hacer actividad física. Si se está en cuarentena, se pueden realizar rutinas dentro de la casa, idealmente, unos 30 minutos diarios.

Una dieta antiansiedad debe considerar:

  • Control de calorías, consumir lo necesario
  • Evitar periodos de ayuno prolongado
  • Preferir carbohidratos altos en fibra
  • Comer cinco porciones de verduras y frutas al día
  • Incorporar frutos secos y semillas en cantidades moderadas
  • Consumir lácteos bajos en grasa
  • Preferir consumo de pescados y mariscos, altos en Omega-3
  • Tomar, al menos, dos litros de agua al día
  • Preferir la ingesta de alimentos fermentados o probióticos
  • Evitar azúcares o harinas refinadas
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