Clínica Universidad de los Andes / Noticia

Recomendaciones para cuidarse de la temida fragata portuguesa este verano

Se trata de una especie marina altamente tóxica, que puede provocar serios problemas a las personas afectadas.
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Nuevamente, este verano, nos enfrentamos a la aparición de la denominada “fragata portuguesa” (Physalia physalis) en playas del litoral central, avistadas en la región de Coquimbo. Se trata de una de las especies más peligrosa del planeta, estando viva o muerta, entera o una parte de ella, ya que su contacto con las personas puede provocar importantes reacciones e incluso la muerte.

Suele confundirse con las medusas, pero no es una de ellas, razón por la cual también se le denomina “falsa medusa”. La fragata portuguesa tiene una forma de vela gelatinosa o flotador, de aspecto de botella azul o púrpura, de forma de campana, muy llamativa, de 25 a 30 centímetros y que, además, sus tentáculos pueden llegar a medir 50 metros de largo. Su forma y flotabilidad facilitan que recorra los océanos con el impulso de mareas, corrientes marinas y el viento.

El Dr. Luis Herrada, jefe del Servicio de Urgencia de Clínica Universidad de los Andes explica que “debemos estar alertas porque podríamos tomar contacto con la fragata portuguesa sin advertirlo, especialmente porque puede flotar en las aguas o estar en la orilla de las playas”.  

 

Principales consecuencias del contacto con la fragata portuguesa

Ante una picadura o incluso el simple contacto, la persona podría percibir un dolor muy intenso, como una quemadura, y luego enrojecimiento de la piel afectada, o incluso síntomas más generales como dificultad para respirar, con sensación de falta de aire y colapso.

Otras señales son la aparición de:

  • Dolor abdominal
  • Náuseas y/o vómitos
  • Calambres
  • Cefalea
  • Confusión
  • Broncoespasmos (disnea)
  • Dolor al pecho
  • Arritmias

El Dr. Herrada enfatiza que “una picadura puede provocar solo dolor, pero algunas personas pueden presentar síntomas sistémicos cardiovasculares, que podrían ser mortales, ya que es una reacción que puede afectar al corazón o los pulmones”.

 

¿Qué hacer ante el contacto con la fragata portuguesa?

Lo más inmediato es neutralizar el efecto, interrumpir el contacto con ella y retirar inmediatamente todo resto. Otras recomendaciones son:

  1. Retirar a la persona del agua y, en caso de presentar síntomas como dificultad para ventilar o falta de aire, pedir auxilio inmediatamente.
  2. Interrumpir el contacto de la piel del afectado con cualquier parte de la fragata portuguesa. Si aún tiene la fragata en el cuerpo, retirar con guantes o con agua de mar, NO TOCAR DIRECTAMENTE.
  3. Aplicar vinagre blanco sobre la zona afectada en forma tópica por unos 30 segundos. El ácido acético al 5% (vinagre) inhibe la descarga de nematocistos.
  4. A continuación, lavar la zona con agua de mar (no usar agua corriente). A diferencia de lo que se podría pensar, no se debe aplicar agua dulce pues aumenta la reacción local.
  5. Si es posible, extraer los restos con pinzas.
  6. En el caso de sentir picazón, no rascar ni frotar la piel, pues podría producir heridas y aumentar el efecto local.
  7. No usar ningún líquido o ungüento sobre la zona, porque puede activar la acción tóxica o alérgica, agravando los síntomas y aumentando los efectos.
  8. La persona puede recibir analgésicos corrientes y se puede aplicar hielo sobre la zona afectada, el que debe estar dentro de una bolsa o ir envuelto (nunca debe ir el hielo directo, ya que está hecho con agua dulce, lo que activa el tóxico).
  9. Si hay mucho dolor, no se recomienda el hielo y es más recomendable sumergir la zona afectada en agua caliente (40° a 45°C) o una ducha caliente por 20 minutos.
  10. En personas con alergias conocidas o anafilaxia, se recomienda la autoadministración de epinefrina si presenta síntomas de alarma (dificultad para ventilar, edema, enrojecimiento generalizado de la piel o colapso).
  11. Consultar precozmente a un servicio de urgencia, sobre todo al presentar síntomas como dificultad para respirar, colapso, edema o enrojecimiento generalizado de la piel. 

“Además, nunca hay que tocar a una fragata portuguesa, ni siquiera sus restos, porque su veneno es inyectable a través de sus miles de aguijones microscópicos e incluso puede pasar si ya murió hace dos semanas”, aconseja el urgenciólogo.  

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