Actualización al 2020
La insuficiencia renal aguda es la pérdida súbita de la capacidad de los riñones para eliminar el exceso de líquido y electrolitos, así como el material de desecho de la sangre.
Se trata de un cuadro más común en personas que están hospitalizadas, en particular las que necesitan cuidados intensivos.
Suele ser secundaria a una cirugía complicada, una infección generalizada, después de una lesión grave o cuando se interrumpe el flujo de sangre a los riñones.
Aunque, en general, es reversible, la severidad es variable y puede requerir tratamiento sustitutivo de la función renal durante un tiempo.
Los síntomas más habituales ante una insuficiencia renal aguda son los siguientes:
Las causas dependen del tipo de insuficiencia renal que esté presentando el paciente.
Se puede producir porque existe algún tipo de enfermedad que reduce el flujo normal de la circulación de la sangre hacia los riñones, porque hay lesiones directas en los riñones o cuando los uréteres (tubos de drenaje de orina) se obstruyen y los deshechos no son eliminados correctamente a través de la orina.
Además, existen factores de riesgo tales como tener una edad avanzada, enfermedad arterial periférica, diabetes, presión arterial elevada, insuficiencia cardíaca, enfermedades renales o hepáticas y algunos tipos de cáncer y sus tratamientos.
El médico recomendará al paciente la realización de análisis y procedimientos que verifiquen la existencia de una insuficiencia renal aguda. Estos incluyen un control del volumen de excreción de orina, análisis de orina, análisis de sangre, ultrasonido o tomografía a los riñones y en ocasiones se realiza una biopsia renal.
Si existe insuficiencia renal aguda, el paciente debe ser hospitalizado y el tiempo dependerá de la causa de dicha insuficiencia y de la rapidez de la recuperación funcional de los riñones. Los tratamientos que ayudan a prevenir complicaciones incluyen:
Tratamientos para el equilibrio de la cantidad de líquidos en sangre: cuando la insuficiencia renal aguda se produce por un déficit de líquidos en la sangre, se pueden administrar líquidos intravenosos. En cambio, si la insuficiencia renal se debe a la retención de líquidos, se recomendará la ingesta de medicamentos diuréticos para eliminar este exceso de líquidos.
Medicamentos que controlen el potasio en la sangre: cuando los riñones no filtran bien el potasio de la sangre se receta calcio, glucosa o sulfonato de poliestireno, para evitar la acumulación de potasio en la sangre.
Diálisis: se utiliza para eliminar la acumulación de toxinas y el exceso de líquido en la sangre, mientras el estado de los riñones mejora. En este procedimiento, una máquina bombea sangre fuera del cuerpo a través de un dializador que filtra los deshechos. Una vez que la sangre está libre de toxinas y exceso de líquidos, vuelve al cuerpo.
Trasplante renal: quirúrgicamente se coloca un riñón sano de un donante en el cuerpo de la persona afectada. Una vez que se realiza el trasplante, el paciente deberá ingerir medicamentos por el resto de su vida, para evitar que el cuerpo rechace el nuevo órgano.
Dr. Fernando González Fuenzalida
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