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Alimentación complementaria en lactantes

Las siguientes recomendaciones, han sido elaboradas por el equipo de nutricionistas clínicas, encargadas de la atención de pacientes hospitalizados, para apoyar este importante período en la introducción de alimentos distintos a la leche materna, a través de información actualizada y basada en la evidencia científica disponible, para ayudar a los padres a tomar las mejores decisiones para este proceso.

  • La OMS recomienda la lactancia materna exclusiva hasta el sexto mes de vida y complementado con alimentos sólidos hasta idealmente los 24 meses de vida.
  • Cuando la leche materna deja de ser suficiente para atender las necesidades nutricionales del lactante hay que añadir alimentos complementarios a su dieta.
  • La OMS definió alimentación complementaria como todo aquel alimento líquido o sólido diferente de la leche materna, que se introduce en la dieta del niño(a), incluyendo las fórmulas lácteas infantiles.
  • La OMS recomienda que los lactantes empiecen a recibir alimentos complementarios a los 6 meses.
  • La adecuación de la alimentación complementaria depende no solo de la disponibilidad de alimentos variados en el hogar, sino también de las prácticas de alimentación de los cuidadores.
  • Para iniciar la alimentación complementaria se puede usar el método tradicional, es decir, purés cocinados, modificando la textura a medida que el bebé crece. En este modelo son los padres los que guían la alimentación a partir de la cuchara.
  • Se puede iniciar la alimentación complementaria con el método Baby Lead Weaning (BLW) y/o Baby Led Introduction to Solids (BLISS), es decir, ofreciendo alimentos en trozos blandos, para que puedan ser comidos con las manos, desde los inicios. Será el bebé quien guíe su propia alimentación.

Desmitificando la alimentación complementaria

Mito: Si la madre, padre o hermanos son alérgicos al pescado, debo retrasar su incorporación para evitar que el niño(a) sea alérgico.

Realidad: El pescado puede incorporarse entre los 6-7 meses y este criterio también es válido para niños con antecedentes familiares directos con atopia o alergia alimentaria.

Mito: Debo esperar que el niño tenga piezas dentarias para introducir alimentos sólidos.

Realidad: Entre los 7-8 meses de edad, a pesar de que el niño no presente erupciones dentarias, es capaz de masticar y triturar los alimentos sólidos con las encías, y el retraso en la introducción de este tipo de alimentos puede condicionar la presencia de alteraciones de la masticación en etapas posteriores.

Mito: La alimentación complementaria es igual en niños(as) con lactancia materna que alimentados con fórmulas lácteas.

Realidad: La alimentación complementaria en niños(as) alimentados con fórmula debe tener mayor monitorización en cuanto a aceptación y tolerancia, además del aporte de proteínas ya que la evidencia muestra que el exceso de proteína puede ocasionar mayor adiposidad (acumulación de grasa) en el lactante.  

Mito: Solo se deben incluir cereales sin gluten, para evitar que el niño sea celiaco, alérgico o intolerante al gluten.

Realidad: Se recomienda incluir cereales a partir de los 6 meses de vida, incluso aquellos que contienen gluten (trigo, avena, centeno y cebada), aún en niños (as) con antecedentes familiares de primer grado de enfermedad celíaca. No está claro si la introducción de gluten entre los 4-6 meses previene o retarda la aparición de enfermedad celíaca en población general susceptible o en lactantes con antecedentes familiares directos.

Mito: El inicio de la alimentación complementaria siempre debe ser con alimentos tipo papillas-puré.

Realidad: Si bien el método tradicional con cuchara, guiado por los cuidadores (papillas-puré) es la forma tradicional de iniciar la introducción de alimentos, métodos como el BLW o BLISS se pueden utilizar de manera segura, siempre con la asesoría de un profesional de la salud calificado, y de acuerdo con el desarrollo del lactante.

Mensajes educativos

Ante la imposibilidad de continuar con lactancia materna (LM) o esta sea insuficiente, la alimentación láctea artificial es una alternativa. Lo más recomendado en este caso debiera ser una fórmula de inicio adaptada, la cual cubre los requerimientos nutricionales de lactantes sanos, de término, durante los 12 primeros meses de vida, la cual debe ser indicada por el pediatra a cargo. (Castillo C., 2013)

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El proceso de nutrición implica la participación e interacción entre diferentes sistemas del cuerpo humano: digestivo, neurológico, renal e inmunológico. Es importante conocer y reconocer estos procesos para establecer recomendaciones para la introducción segura de los alimentos de acuerdo con el momento de maduración biológica del lactante. Siempre sigue las recomendaciones del equipo de salud para iniciar este proceso. (Cuadros C., 2017)

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La mamadera solo se debe utilizar en ausencia de LM y debe promoverse como recipiente exclusivo de la fórmula láctea. Se debe retirar paulatinamente a partir del 7° mes de vida y por completo al año, fomentando la utilización del vaso convencional. El uso prolongado de mamadera y chupetes provocan anomalías dentomaxilares. (Romero E., 2016)

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Entre los 7-8 meses se deben ir modificando gradualmente la consistencia de los alimentos, pasando de blandos a picados y trozos sólidos. Se recomienda no retrasar el inicio de esta práctica más allá de los 10 meses, aunque el niño no presente erupción dentaria. (Cuadros C., 2017)

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Se recomienda suplementar con vitamina D 400 U diarias a todos los lactantes durante el primer año de vida; ya que no hay evidencia suficiente aún para decidir una recomendación acerca de la magnitud de tiempo y condiciones para la exposición al sol del niño pequeño. La vitamina D es esencial para la formación normal de huesos y dientes y su deficiencia provoca raquitismo en niños. (Castillo C., 2013)

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La leche de vaca sin modificaciones (leche en envase tetra pak y leche en polvo en sus distintas variedades no elaboradas exclusivamente para lactantes), es inadecuada para los lactantes menores de un año ya que tiene una concentración excesiva de proteínas, calcio, fósforo y sodio y además es deficiente en ácidos grasos esenciales, vitamina C, E y D. (Maggi A.,2015)

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El método BLW se asocia a mayor duración de la lactancia materna exclusiva, mayor participación en las comidas familiares, mayor regulación en la sensación de saciedad, y menos trabajo al alimentar a los lactantes. (Andries A., 2018)

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El método baby-led weaning (BLW) puede ser una alternativa de alimentación complementaria, sin incrementar el riesgo de deficiencia de hierro, asfixia o deterioro del crecimiento. (Dogan E., 2018)

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Los padres que utilizan el sistema tradicional de alimentación, es decir, papillas entregadas con cuchara, tienden a usar más productos comerciales para bebés. Si optas por este sistema de alimentación, se recomienda preparar las papillas en casa con alimentos naturales, para lograr que sean equilibradas y variadas. (Rowan H., 2018)

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En el sistema BLW existe una tendencia a un mayor consumo de verduras porque la exposición temprana y frecuente a los sabores amargos puede aumentar una mayor aceptación de estos sabores cuando los bebés son mayores. (Rowan H., 2018)

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Si por convicción de los padres instauran una alimentación vegetariana en el lactante, esta debe ser asesorada por un profesional de la salud calificado, y vigilar estrechamente el crecimiento y neurodesarrollo de éste, ya que estas dietas aportan un alto contenido de fibra, generan una saciedad temprana y pueden condicionar la disponibilidad de micronutrientes, así como de energía y ácidos grasos. (Romero E., 2016)

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En los niños menores de 2 años existe controversia acerca de si deben recibir o no dietas vegetarianas estrictas por el insuficiente aporte de energía, y el riesgo de carencia de vitamina B12, riboflavina y vitamina D, hierro, zinc y calcio. Esto se ve compensado cuando la dieta incluye lácteos y huevo. Si optas por este tipo de alimentación, siempre debe ir asesorado por un profesional de la salud calificado. (Cuadros C., 2017)

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