Clínica Universidad de los Andes / Noticia

Es fundamental diagnosticar a tiempo las alteraciones auditivas en niños

Estamos participando en un estudio de hipoacusia con la Universidad de Colorado para menores de 18 años.
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Desde que está en el útero, un recién nacido puede escuchar. Sin embargo, un porcentaje de menores presenta problemas de audición, lo que se puede deber a que alguna de las partes del oído no funciona de manera normal. Esto incluye cinco estructuras: el oído externo, medio o interno, el nervio auditivo (acústico) y el sistema nervioso central.

El problema de audición más común es la hipoacusia, que consiste en la disminución de la sensibilidad auditiva y puede involucrar a uno o ambos oídos, manifestándose en distintos grados. “La pérdida auditiva puede afectar la capacidad del niño para desarrollar el habla, el lenguaje y las destrezas sociales, es por esto que la detección precoz de problemas auditivos al nacer y en edad preescolar y escolar es fundamental para el inicio adecuado de su etapa de aprendizaje formal, y para el desarrollo normal del lenguaje ”, explica la Dra. María José Herrera, otorrinolaringóloga del Centro de Oído de Clínica Universidad de los Andes.

Controles auditivos para los niños

Son dos los momentos importantes en que se aconseja un control auditivo en niños: al nacer y antes de entrar al colegio.

A diferencia de los países desarrollados, en Chile no existe un programa universal de detección de hipoacusia en los recién nacidos, pero la gran mayoría de las instituciones privadas y hospitales ofrecen el examen de emisiones otoacústicas como parte de las pruebas que se realizan al momento de nacer. 

Se instalan unos aparatos similares a audífonos en las orejas del recién nacido por unos segundos, los que van conectados a una máquina que registra la actividad de unas células del oído interno. Así, permite saber si la audición está normal o no.

Sin embargo, que este examen tenga buenos resultados no implica que posteriormente se puedan desarrollar problemas. De hecho, la incidencia de hipoacusia se duplica entre el nacimiento y los cinco años de vida. 

Por eso, es importante a los 3 o 4 años evaluar con un especialista para descartar problemas auditivos. A esta edad se pueden efectuar dos exámenes:

  • Impedanciometría: analiza la ventilación del oído medio, cómo se comporta con las presiones o cuando el niño está congestionado. Se instala un dispositivo en el oído que cambia la presión del aire y permite obtener información acerca de la presión del oído medio, la integridad y movilidad de la membrana timpánica y la continuidad de la cadena osicular. 
  • Audiometría: utilizando audífonos, se reproducen una variedad de sonidos, a diferentes intervalos, en un oído a la vez, para determinar el rango de audición. Durante el examen, se van dando instrucciones para cada sonido, por ejemplo, levantar la mano al escuchar un sonido. 

Síntomas a los que hay que prestar atención

Signos en lactantes:

  • No se sobresalta con los ruidos fuertes
  • No voltea la cabeza hacia la fuente de un sonido después de los 6 meses de edad
  • No dice palabras sencillas como “mamá” o “papá” cuando tiene 1 año
  • Voltea la cabeza cuando ve a la persona, pero no si se le llama por su nombre
  • Parece escuchar algunos sonidos, pero no otros

Signos en niños:

  • Tarda en hablar
  • No habla en forma clara
  • No sigue instrucciones
  • A menudo dice “¿qué?”
  • Sube demasiado el volumen de la televisión

Otros casos en que se sugiere realizar esta evaluación de manera precoz:

  • Niños prematuros
  • Con síndrome de Down
  • Con formación craneofacial
  • Con fisura labiopalatina
  • Que tengan historia familiar de hipoacusia
  • Que hayan tenido complicaciones al nacer
  • Que presente trastorno en el desarrollo del lenguaje

Estudio de carga genética con la Universidad de Colorado

En la actualidad, como Clínica, estamos participando de un estudio en niños menores de 18 años que tienen hipoacusia neurosensorial bilateral severa profunda de causa desconocida y que son candidatos a implante. 

“Dado que el 50% de las hipoacusias son por causa genética, el objetivo del estudio es evaluar la carga genética de estos niños para identificar qué gen tienen alterado”, enfatiza la Dra. Herrera.

Para esto, se analiza al paciente junto a dos familiares de primer grado (mamá, papá o hermanos) para ver si hay alguna alteración genética que explique la hipoacusia. El estudio consiste en tomar muestras de saliva al trío de pacientes, las que se envían a la Universidad de Colorado para analizar la carga genética. 

No se trata de un examen preventivo, porque los genes ya vienen alterados, pero sirve para saber la progresión de la hipoacusia y si hay que buscar otras alteraciones en otros órganos.

“Este es un estudio a cinco años, que culmina en 2027. La idea es describir las características genéticas de hipoacusia de nuestra población, ya que la existente corresponde a otros países, lo que es un tremendo aporte a los pacientes chilenos. Por otra parte, para cada persona es información acerca de su propia carga genética y, así, poder saber si hay algo y que es, si es heredable o no, etc.”, concluye la especialista. 

Nuestro Centro de Oído aborda todas las patologías del oído y está formado por un equipo multidisciplinario con amplia experiencia en el área, tanto de pacientes adultos como pediátricos, con acceso a equipamiento médico de última generación, cirugía robótica y un equipo dedicado a implante coclear. Además, los otorrinolaringólogos y tecnólogos médicos exponen activamente en congresos nacionales e internacionales, y participan en textos médicos sobre la especialidad, como el libro publicado recientemente “Texto de otitis media. Lo básico y más allá”, de la editorial médica Springer, una de las más importantes del mundo.

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