Clínica Universidad de los Andes / Noticia

VIH/SIDA: una mirada integral

En la actualidad, la medicina aborda a quienes viven con este virus en todas sus esferas: física, psicológica y emocional.
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Dependiendo de la rapidez con la que se haga el diagnóstico, tener VIH hoy no tiene la carga fatal de décadas pasadas. Gracias al tratamiento antirretroviral moderno, la mayoría de las personas pueden vivir una vida larga, activa y en buenas condiciones de salud.

En Chile, se estima que alrededor de 91.000 personas viven con esta enfermedad, y cerca del 75% está en tratamiento, logrando en más del 90% de los casos una carga viral indetectable, es decir, niveles tan bajos del virus que no son detectados por las técnicas moleculares actualmente en uso.

El Dr. César Bustos, infectólogo de Clínica Universidad de los Andes, explica que la indetectabilidad es el objetivo farmacológico-terapéutico a alcanzar: permite que el sistema inmune se vaya recuperando progresivamente y, por consiguiente, que se detenga la progresión de la enfermedad, que el paciente mantenga su salud y lleve una vida completamente normal.

“Pero nuestro trabajo no termina ahí. Hoy la medicina apunta a acompañar integralmente a la persona que vive con VIH, es decir, no solo desde el punto de vista de laboratorio, sino también psicológico, emocional y en la prevención de otras patologías de salud no relacionadas con el VIH”, enfatiza el especialista.

Una mirada más amplia: salud integral y seguimiento continuo

En la actualidad, el foco ya no está solo en “controlar el virus”, sino en asegurar que cada paciente pueda sostener una vida plena en todas sus dimensiones: salud física, bienestar emocional, vínculos afectivos y participación social.

Este enfoque integral responde también a un desafío real: muchas personas que viven con VIH pueden presentar comorbilidades, como enfermedades cardiovasculares, alteraciones metabólicas (hipertensión arterial, diabetes o dislipidemias), condiciones hepáticas, aumento del estrés o síntomas de salud mental.

Estos factores hacen necesario un seguimiento preventivo y coordinado entre infectología, medicina interna, nutrición, salud mental y otras áreas de la medicina. En ese sentido, “el tratamiento antirretroviral es el pilar del cuidado. Lo complementamos con controles periódicos para vigilar la salud cardiovascular, metabólica y hepática, incorporando también la dimensión emocional. La meta es que cada persona pueda proyectar su vida con tranquilidad y sin barreras”, añade el Dr. Bustos.

Vivir plenamente con VIH

La indetectabilidad ha permitido que miles de pacientes retomen actividades, proyectos y metas: vida laboral, vínculos personales, decisiones familiares y participación social sin estigma.

Hoy, con un tratamiento adecuado, muchas personas que viven con VIH pueden formar un proyecto familiar con acompañamiento médico especializado, especialmente en el contexto del embarazo y el seguimiento materno-fetal.

“Cuando el paciente está bien controlado se vuelven a abrir posibilidades que antes parecían lejanas. Nuestro rol es acompañarlo en ese camino, con información clara, apoyo profesional y una atención respetuosa y personalizada”, sostiene el Dr. Bustos.