Clínica Universidad de los Andes / Consejos nutricionales / Diabetes Mellitus
Recomendaciones nutriciales diabetes mellitus tipo 2

Las siguientes recomendaciones, han sido elaboradas por el equipo de nutricionistas clínicas, encargadas de la atención de pacientes hospitalizados, para apoyar el tratamiento de la diabetes mellitus tipo 2, considerando que la alimentación saludable es un pilar fundamental dentro del tratamiento de esta enfermedad. Estas recomendaciones se han elaborado en base a información actualizada y basada en la evidencia científica disponible.

  • La diabetes tipo 2 es la forma de diabetes más frecuente en personas mayores de 40 años.
  • Las causas son los factores genéticos o hereditarios y el estilo de vida (obesidad, sedentarismo, entre otros).
  • La hiperglicemia crónica define a la condición que trae como consecuencia daño a nivel microangiopático (retinopatía, nefropatía y neuropatía) y macrovascular (enfermedad isquémica del corazón, ataque cerebral y enfermedad vascular periférica).
  • La mayoría de las personas con diabetes pueden producir insulina (hormona producida por el páncreas, que se encarga de regular la cantidad de azúcar en sangre), pero no en las cantidades suficientes para que el organismo funcione correctamente.
  • La diabetes se asocia a una reducción en la expectativa de vida, aumento de riesgo de complicaciones y de eventos mórbidos relacionados con las complicaciones crónicas y disminución en la calidad de vida.
  • La diabetes se trata con cambios de estilo de vida, medicamentos e insulina. Dentro de los cambios en el estilo de vida, se incluyen la actividad física y las intervenciones dietéticas.
  • Pueden prevenirse si se mantienen unos hábitos de alimentación saludables y se combinan con una actividad física moderada.

Desmitificando la Diabetes Mellitus tipo 2

Mito: La diabetes no es una enfermedad grave.

Realidad: La diabetes causa más muertes al año que el cáncer de mama. Dos de tres personas con diabetes mueren por una enfermedad cardiaca o derrame cerebral.

Mito: Estoy justo en el límite para padecer diabetes, entonces no debo preocuparme.  

Realidad: La prediabetes es el término utilizado para aquellos cuyos niveles de azúcar no están en el rango de la diabetes, pero son demasiado altos para denominarlos normales. La prediabetes significa que usted está en alto riesgo para desarrollar diabetes dentro de 10 años. 

Mito: La fruta es un alimento saludable. Por lo tanto, está bien comer todo lo que se le antoje.

Realidad: La fruta es un alimento saludable. Contiene fibra y muchas vitaminas y minerales. Pero las frutas contienen hidratos de carbono que se deben contar dentro del plan de comidas. Consulta con tu nutricionista sobre la cantidad y frecuencia de frutas que debes comer.

Mito: Las personas obesas o con sobrepeso van a tener diabetes tipo 2.

Realidad: El sobrepeso es un factor de riesgo para tener diabetes, pero otros factores también influyen como los antecedentes familiares, raza y edad. Desafortunadamente, muchas personas no le prestan atención a los otros factores de riesgo y piensan que el peso es el único factor de riesgo p. La mayoría de la gente con sobrepeso no tiene diabetes, y mucha gente que tiene, tiene un peso normal o muy poco sobrepeso.

Mito: Puedo dejar de tomar los medicamentos para la diabetes una vez que mi azúcar en sangre este controlada. 

Realidad: Algunas personas pueden controlarla sin medicamentos, al bajar de peso, consumir una dieta saludable y hacer ejercicio de manera regular. Pero la diabetes es una enfermedad progresiva, y con el tiempo, incluso si lleva un estilo de vida saludable es probable que necesite un medicamento para mantener los niveles de azúcar en rango. 

Mito: No es seguro hacer ejercicio si tienes diabetes. 

Realidad: Hacer ejercicios de manera regular es una parte importante del manejo de la diabetes. El ejercicio ayuda a mejorar la sensibilidad del cuerpo a la insulina. Puede también disminuir la hemoglobina glicosilada (examen que indica que tan bien controlada está la diabetes). 

Mensajes educativos

Existe una variedad de patrones alimentarios para el manejo de la diabetes. Sin embargo, los factores claves deben centrarse en enfatizar el consumo de verduras, minimizar los azúcares añadidos y cereales refinados (arroz, fideos, pan blanco), además de elegir cereales integrales (arroz integral, quinoa, avena integral, entre otros) en lugar de alimentos procesados. (ADA, Standards of medical care in diabetes, 2020)

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La evidencia demuestra que no hay un porcentaje ideal de calorías provenientes de carbohidratos, proteínas y grasas (macronutrientes) para personas con diabetes. Por lo tanto, la distribución de estos macronutrientes debe basarse en una evaluación individualizada de la alimentación actual, patrones de preferencia y metas metabólicas. (ADA, Standards of medical care in diabetes, 2020)

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La metformina (hipoglicemiante oral usado en el tratamiento de la DM2) se asocia con deficiencia de vitamina B12, por lo cual se sugiere controlar periódicamente los niveles de vitamina B12 en sangre, sobre todo en aquellos pacientes con anemia o neuropatía periférica para evitar su deficiencia. (ADA, Standards of medical care in diabetes, 2020) 

 

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La dieta mediterránea, dietas bajas en carbohidratos (low carb), dietas vegetarianas o basadas en plantas son patrones alimentarios saludables que han mostrado resultados favorables en el tratamiento de la DM2, siempre que sean planes personalizados que respeten las preferencias, necesidades y metas del individuo. (ADA, Standards of medical care in diabetes, 2020) 

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Las recomendacionas actuales apoyan el uso de las dietas bajas en carbohidratos (usualmente menos de 130 g/día) como una alternativa a las dietas clásicas bajas en grasas y de conteo de calorías para pacientes obesos o diabéticos tipo 2. En pacientes con múltiples medicamentos y/o insulina, o que tienen varias restricciones dietéticas u otras conmorbilidades, estas dietas deben ser supervisadas por profesionales de la salud con experiencia y un nutricionista especializado que pueda facilitar una ingesta óptima de nutrientes. (Kelly T., 2020)

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Las dietas bajas en carbohidratos (low carbs) y cetogénicas, han demostrados ser efectivas en la baja de peso y el control metabólico, por ende, en el tratamiento de la DM2. Sin embargo, requieren controles periódicos, y por la producción de cetonas no son recomendados para mujeres embarazadas o en lactancia, personas con desordenes alimentarios, enfermedad renal o pacientes que utilicen medicamentos inhibidores del SGLT-2. (ADA, Standards of medical care in diabetes, 2020) 

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La adherencia a una dieta mediterránea (comida local y de estación, abundante en vegetales, cereales y panes integrales mínimamente procesados, legumbres, nueces y semillas, fruta fresca y aceite de oliva y consumo moderado de lácteos, pescado, aves de corral, huevos, vino y carnes rojas una vez por semana) ha demostrado un rol protector en el control glicémico, reduciendo la hemoglobina glicosilada, disminuyendo la glicemia (azúcar en sangre) en ayuno y adicionalmente disminuyendo la resistencia a la insulina y la mortalidad. (Martín-Peláez S., 2020)

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Las recomendacionas actuales apoyan el uso de las dietas bajas en carbohidratos (usualmente menos de 130 g/día) como una alternativa a las dietas clásicas bajas en grasas y de conteo de calorías para pacientes obesos o diabéticos tipo 2. En pacientes con múltiples medicamentos y/o insulina, o que tienen varias restricciones dietéticas u otras conmorbilidades, estas dietas deben ser supervisadas por profesionales de la salud con experiencia y un nutricionista especializado que pueda facilitar una ingesta óptima de nutrientes. (Kelly T., 2020)

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El ayuno intermitente (restricción calórica en algunos días combinado con ingesta de calórias ad libitum en otros) se asocia a un riesgo menor de hipoglicemia (baja azúcar en sangre) cuando se combina con supervisión, educación sobre la hipoglicemia y ajuste de medicamentos que tienen riesgo de provocar hipoglicemias (insulina y sulfonilureas), antes de incorporarlo al tratamiento. El uso de ayuno intermitente se asocia a pérdida de peso, reducción de la hemoglobina glicosilada y una pequeña mejora en la calidad de vida. (Corley B., 2018)

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Limitar el intervalo de tiempo durante el cual se consumen alimentos, de 6-12 horas, para optimizar la utilización y almacenamiento de nutrientes y minimizar los subproductos potencialmente dañinos de las reacciones biológicas, ha demostrado resultados en la restricción calórica y pérdida de peso, que son fundamentales para regular la glicemia, especialmente en individuos con hiperglicemia. (Crupi A.,2020)

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La EC puede dar lugar a una mala absorción de vitaminas liposolubles (D,E,A,K), ya que se absorben preferentemente a través del intestino delgado proximal. Los niveles de ciertos minerales, incluidos magnesio, cobre, zinc y selenio pueden ser bajos según la gravedad de la enfermedad y la ingesta dietética. Se recomienda la suplementación de vitaminas y minerales, además de una dieta libre de gluten hasta que el intestino sane y los niveles se normalicen. (Rubin J., 2020)

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La deficiencia de folatos mejora a medida que mejora la enteropatía subyacente. Una dieta sin gluten es típicamente baja en folatos. La suplementación de acido fólico y B12 ayuda a mejorar la ansiedad y depresión, y podría ser necesaria durante años. (European Society for the Study of Coeliac Disease guideline for coeliac disease and other gluten-related disorders, 2019)

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La intolerancia a la lactosa debería resolverse con la recuperacion intestinal resultante de la dieta libre de gluten. Sin embargo, puede que sea necesario suplementos de lactasa y consumo de productos con bajo contenido de lactosa a largo plazo. Se debe instruir a los pacientes para que no eviten todos los productos lácteos: los quesos maduros, el yogurt y otros productos lácteos fermentados (kefir) son naturalmente bajos en lactosa. (Rubin J., 2020)

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La intolerancia a la lactosa es común en la enfermedad celíaca, especialmente en la etapa temprana, lo que resulta en evitar lácteos y derivados, lo que puede contribuir a enfermedades osteopénicas. Si los niveles de vitamina D son bajos, es necesario suplementar y monitorizar la densidad ósea en pacientes recién diagnosticados. Se debe fomentar el consumo de alimentos ricos en calcio (lácteos, sardinas, almendras, entre otros), además de los suplementos de este mineral. (Rubin J., 2020)

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