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Disautonomía

Actualización al 2023

La disautonomía corresponde a una condición que se origina por una inmadurez o alteración del sistema nervioso autónomo, encargado de controlar acciones involuntarias como la frecuencia cardiaca y respiratoria, la presión arterial, el ensanchamiento o estrechamiento de los vasos sanguíneos y la respuesta al estrés.

En nuestro Centro de Enfermedades Cardiovasculares se tratan todas las enfermedades cardiovasculares, que cobran la vida de 45 personas al día, convirtiéndose en la primera causa de muerte entre hombres mayores de 35 años y mujeres sobre los 50. También son causa importante de invalidez.

Nuestro equipo médico aborda todas las subespecialidades de cardiología, cardiocirugía y cirugía vascular periférica. Asimismo, se encarga de la prevención cardiovascular, muy importante para manejar los factores de riesgo, que son los que provocan los infartos. Para esto, cuenta con tecnología de primer nivel, trato personalizado y exámenes a domicilio, como electrocardiograma y holter de presión y de ritmo. Somos uno de los pocos centros que realizamos el tilt test, evaluación no invasiva de la respuesta de frecuencia cardiaca y presión arterial durante la permanencia de pie de la persona, en una camilla inclinada a 70 grados. Es útil en estudios de síncope (desmayos) y disautonomía, lipotimias y mareos.

¿Qué tipos de disautonomía existen?

Son 4 tipos:

  1. Baja la frecuencia cardiaca, pudiendo incluso haber pausas o asistolia (ausencia de actividad eléctrica en el corazón)
  2. Baja solo la presión
  3. Mixta: baja la presión y la frecuencia cardiaca
  4. POTS: síndrome de taquicardia ortostática postural, se produce por estar de pie, lo que da taquicardia y empieza a bajar la presión

¿Qué puede causar disautonomía?

La disautonomía afecta más a mujeres, por razones genéticas, y suele desarrollarse en la adolescencia, por los cambios hormonales y el crecimiento. Por eso, en general, se manifiesta menos durante la adultez, pero podría repetirse alrededor de los 70 años.

Algunas enfermedades que pueden provocar disautonomía:

Ciertos factores externos también pueden originar disautonomía:

  • Calor: provoca vasodilatación y eso disminuye el flujo sanguíneo cerebral
  • Alcohol: tanto un consumo excesivo como en menor cantidad, pero constante, puede provocar una crisis
  • Estar mucho tiempo de pie
  • El consumo de ciertos medicamentos que pueden bajar la presión, como los diuréticos
  • Los cambios hormonales, como el periodo de la menstruación, también pueden aumentar los síntomas

¿Existen factores de riesgo de tener disautonomía?

Los factores de riesgo de la disautonomía pueden variar según la condición específica, pero en general, algunas de las consideraciones comunes incluyen:

  • Edad y género: es más común en mujeres y durante la infancia o adolescencia.
  • Cambios hormonales: aquellos cambios propios de la pubertad o el embarazo podrían incidir en el desarrollo de ciertos tipos de disautonomía, como el síndrome de taquicardia postural ortostática (POTS).
  • Antecedentes familiares: en algunos casos, hay una predisposición genética a desarrollar ciertos tipos de disautonomía.
  • Tener ciertas patologías: enfermedades autoinmunes, trastornos neurológicos, infecciones virales o daño nervioso pueden aumentar el riesgo de disautonomía.
  • Sufrir lesiones o traumas puede influir en los síntomas de disautonomía.
  • Factores ambientales: estar expuesto a ambientes calurosos y húmedos puede exacerbar la disautonomía.

¿Cuáles son los síntomas de la disautonomía?

La disautonomía puede manifestarse con diversos síntomas de acuerdo a la causa que origina esta condición.

Cardiovasculares:

  • Taquicardia (ritmo cardíaco acelerado)
  • Bradicardia (ritmo cardíaco lento)
  • Palpitaciones
  • Hipotensión ortostática (reducción de la presión arterial al ponerse de pie)

Sistema respiratorio:

  • Dificultad para respirar
  • Sensación de falta de aire
  • Sensación de opresión en el pecho

Sistema nervioso:

  • Sensación de debilidad o fatiga
  • Mareos o desmayos
  • Cefalea o dolor de cabeza
  • Problemas de concentración o memoria

Regulación de la temperatura:

  • Hiperhidrosis (sudoración excesiva) o, por el contrario, sudoración escasa (anhidrosis)
  • Intolerancia al calor o al frío

Gastrointestinales:

¿Es posible prevenir la disautonomía?

No es posible prevenir la condición de disautonomía, pero sí se pueden realizar maniobras y hábitos para disminuir la frecuencia e incluso la intensidad de los eventos disautonómicos. Hay algunos enfoques generales que podrían ayudar a reducir el riesgo de ciertos factores asociados con la disautonomía:

  • Mantener un estilo de vida saludable: incluir una dieta equilibrada, ejercicio regular y hábitos de sueño adecuados puede contribuir al bienestar general.
  • Control médico de otras patologías.
  • Prevención de traumas o lesiones nerviosas.
  • Evitar exponerse a ambientes calurosos y húmedos.
  • Mantener una hidratación efectiva.
  • En algunos casos, aumentar el consumo de sal.
  • Realizar ejercicios específicos.
  • Manejar el estrés.

¿Cómo se diagnostica la disautonomía?

El diagnóstico suele ser clínico, ya que lo habitual es que la persona consulte luego de más de un desmayo. Para confirmarlo, el examen que se realiza es el Tilt Test, prueba que permite confirmar el diagnóstico y clasificarla en uno de los 4 tipos existentes:

  • Disautonomía tipo Mixta: baja la presión y la frecuencia cardiaca
  • Disautonomía cardioinhibitoria: Baja la frecuencia cardiaca, pudiendo incluso haber pausas o asistolia (ausencia de actividad eléctrica en el corazón)
  • Disautonomía vasodepresor: Baja solo la presión arterial.
  • POTS: síndrome de taquicardia ortostática postural, se produce por estar de pie, lo que da taquicardia y posteriormente baja la presión arterial.

¿Cómo se trata la disautonomía?

De acuerdo al resultado obtenido y la clasificación de la disautonomía es el tratamiento farmacológico y no farmacológico que se indicará. Sin embargo, ya que es una condición, no existe una cura definitiva y los pacientes deben adaptarse y mantener siempre las medidas no farmacológicas, que disminuyen en gran porcentaje los eventos. Estas medidas son:

  • Evitar exponerse a gatillantes
  • Hidratación constante, más aún en verano. Si ha habido deshidratación, recuperarla lo antes posible
  • Comer con sal siempre
  • Uso de medias compresivas
  • Evitar el consumo de alcohol

También se pueden sumar terapias sicológicas, principalmente para reducir el estrés, y terapia física u ocupacional para mejorar la capacidad muscular y flexibilidad.

Lo más importante es reconocer cuando uno empieza a sentirse mareado y no esperar a desmayarse, lo que puede llevar a consecuencias graves como TEC cerrado, fractura de nariz, pérdida de piezas dentales, atropellos, entre otros. Por ende, al sentirse mal, hay que recostarse y levantar las piernas de inmediato. No sirve de nada continuar de pie, sentarse, comer algo dulce o salado.

En cuanto a medicamentos, estos dependerán de la causa de la disautonomía, pudiendo tener como objetivo, por ejemplo, aumentar la presión arterial, controlar la taquicardia o mantener bajo control la sudoración excesiva.

¿Qué esperar del tratamiento?

Con las indicaciones médicas entregadas, se espera una disminución de la frecuencia e intensidad de los eventos disautonómicos. Como no es una enfermedad, no existe “una cura” de los síntomas, sino que son maniobras y hábitos para mejorar la calidad de vida de los pacientes.

¿Dónde lo tratamos?

Centro de Enfermedades Cardiovasculares

En nuestro Centro se tratan todas las enfermedades cardiovasculares, que cobran la vida de 45 personas al día, convirtiéndose en la primera causa de muerte entre hombres mayores de 35 años y mujeres sobre los 50. También son causa importante de invalidez.

Nuestro equipo médico aborda todas las subespecialidades de cardiología, cardiocirugía y cirugía vascular periférica. Para esto, cuenta con tecnología de primer nivel, trato personalizado y exámenes a domicilio, como electrocardiograma y holter de presión y de ritmo. Asimismo, se encarga de la prevención cardiovascular, muy importante para manejar los factores de riesgo, que son los que provocan los infartos, tales como:

Para quienes tienen estos factores de riesgo, es fundamental controlarse estas condiciones y consultar a tiempo. 

Cardiología

Esta especialidad se dedica a la prevención, diagnóstico y tratamiento de diversas enfermedades que afectan el corazón y el sistema circulatorio, como la disautonomía. Los infartos cardíacos, los accidentes vasculares cerebrales y las enfermedades derivadas de la hipertensión arterial constituyen la primera causa de muerte en nuestro país. Considerando este escenario, las medidas de prevención son el eje fundamental en el cuidado de la salud cardiovascular.

Clínica Universidad de los Andes cuenta con una Unidad de Hemodinamia y Cardiología intervencional disponible las 24 horas, con equipos radiológicos como el angiógrafo, que junto con ultrasonido y medición de presión intracoronaria permiten llevar a cabo procedimientos diagnósticos y tratamiento de enfermedades vasculares periféricas y cardíacas.

Equipo médico

Dr. Christian Karmelic Serrano

Cardiología - Electrofisiología

Dra. Cindy Goldberg Brizzi

Medicina Interna - Cardiología General - Prevención Cardiovascular

Dra. Marianella Seguel Ramírez

Cardiología

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