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Se estima que alrededor de un 30% de la población ha tenido síntomas provocados por esta patología
El reflujo gastroesofágico es una enfermedad de alta prevalencia, estimándose que alrededor de un 30% de la población ha tenido síntomas provocados por esta patología. Uno de los principales síntomas del reflujo gastroesofágico es la acidez o pirosis. La acidez es la percepción de ardor en el pecho, justo detrás del esternón, que sube desde el estómago hacia la garganta. Este malestar suele ocurrir luego de comer comidas ricas en carbohidratos o al estar recostado.
El reflujo gastroesofágico es algo normal y fisiológico, sin embargo, cuando el contenido ácido que sube desde el estómago excede el tiempo fisiológico, suele generar molestias y puede, en algunos casos, generar complicaciones. Esta enfermedad se puede controlar con cambios en el estilo de vida y medicamentos. Si la persona tiene algún síntoma derivado del reflujo gastroesofágico, debe acudir para una atención médica.
Los principales síntomas del reflujo gastroesofágico son:
Síntomas menos frecuentes:
El reflujo gastroesofágico se produce cuando el contenido ácido del estómago sube hacia el esófago por sobre el periodo fisiológico (normal). Al tragar, el esfínter esofágico inferior se relaja permitiendo el paso de los alimentos hacia el estómago. Una vez que ocurre este proceso, el músculo se vuelve a contraer. En ocasiones, el esfínter esofágico inferior se relaja de manera anormal, provocando que el ácido suba hacia el esófago, lo que causa la percepción de acidez en el pecho.
Este reflujo gastro esofágico podría aumentar con las comidas ricas en grasa, carbohidratos, alcohol, té, café, entre otros.
El diagnóstico de enfermedad por reflujo gastroesofágico es clínico, es decir, mediante una consulta médica, en la que se realiza un interrogatorio dirigido y se descartan signos y síntomas de alarma. Durante la consulta, el médico definirá si es o no necesario el estudio mediante una endoscopía digestiva alta u otros exámenes complementarios.
Una vez realizado el diagnóstico, se inicia la terapia. Esta puede ser:
- No farmacológica: se incluyen los cambios en la vida diaria como bajar de peso en caso de existir un sobrepeso, adoptar hábitos de alimentación saludable, evitar el consumo de tabaco y alcohol, entre otros.
- Farmacológico: el objetivo es disminuir la acidez del estómago. Esto se logra con dos familias de fármacos: