Clínica Universidad de los Andes / Noticia

¿Qué es y cómo prevenir un desgarro muscular?

El calentamiento previo a la actividad física es fundamental para evitar los dolorosos desgarros. Aquí te contamos el origen de esta lesión muscular y su tratamiento, junto a algunas medidas de prevención.
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Un desgarro es una lesión muscular de origen repentino que se caracteriza por un dolor punzante, inflamación y rupturas de fibras musculares en la zona afectada. 

Rafael Rossi, kinesiólogo de Clínica Universidad de los Andes, explica que los músculos más propensos a sufrir esta lesión son los de contracción rápida, músculos que realizan su función en más de una articulación (biarticulares) y los que requieren mayor capacidad de contraerse y relajarse en el momento adecuado (coordinación neuromuscular). Por ejemplo: cuádriceps y isquiotibiales (ubicados en la zona anterior y posterior del muslo, respectivamente), así como también el gemelo interno. 

¿Cómo se clasifican los desgarros?

Podemos utilizar 4 tipos de clasificaciones para los desgarros:

  1. Tipo I: menos del 5% de rotura de algunas fibras, sin lesión o mínima lesión del tejido de soporte, que es el tejido que contiene o rodea el músculo.
  2. Tipo II: rotura de mayor número de fibras, con lesión de tejido de soporte y asociado a lesión hemorrágica, que implica un gran derrame sanguíneo por presencia de ruptura de fibras musculares y vasos sanguíneos, por eso se ve un moretón cuando hay desgarros.
  3. Tipo III: rotura de numerosas fibras musculares, con lesión grave del tejido de soporte y hematoma voluminoso.
  4. Tipo IV: rotura completa asociada a hematoma voluminoso.

¿Cómo prevenirlos?

Previo a la actividad física, se recomienda realizar un calentamiento que aumente el flujo sanguíneo a los grandes grupos musculares. De esta forma, se mejora la capacidad de contracción del músculo y desaparecen los riesgos de movimientos con el músculo en frío.

Dependiendo del deporte que se va a realizar, los ejercicios deben incluir movilidad articular de  menos a más amplitud, y de menor a mayor velocidad. Algunos profesionales recomiendan entrenamientos específicos de flexibilidad y de fortalecimiento muscular excéntrico. Por ejemplo, ejercicios de estocadas o sentadillas para prevenir lesiones musculares en extremidad inferior. 

Como complemento, previo a realizar deporte se recomienda una hidratación adecuada, horas de sueño acorde a la edad, y evitar realizar actividad con un dolor muscular pre-existente, como el generado por una contractura.

En caso de sufrir un desgarro, en el siguiente cuadro se detallan las distintas fases de su tratamiento.



 

Es importante destacar que la recuperación de un desgarro va a depender de la gravedad de la lesión y de características individuales de la persona, como edad, si es deportista o sedentario, si es fumador, entre otros aspectos. 

Este artículo fue realizado en colaboración de Rafael Rossi, kinesiólogo de Clínica Universidad de los Andes.

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