Clínica Universidad de los Andes / Noticia

Insuficiencia renal: cuando el riñón deja de limpiar el organismo

La detección y tratamiento temprano de esta enfermedad puede evitar que progrese a una etapa avanzada y, eventualmente, requerir diálisis o trasplante.
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Los riñones son el filtro que tiene el cuerpo para eliminar toxinas, procesando alrededor de un litro de sangre por minuto. De esta manera, gracias a la labor de limpieza de estos órganos, se mantiene la composición del medio interno.

Sin embargo, debido a ciertos factores, un riñón puede perder sus capacidades, originando que en la sangre se acumulen altos niveles de sustancias tóxicas. Cuando esto ocurre, se está en presencia de una insuficiencia o enfermedad renal.

El Dr. Rodrigo Orozco, nefrólogo de Clínica Universidad de los Andes, señala que hay dos tipos de insuficiencia, dependiendo del tiempo de evolución:

  • Insuficiencia renal aguda (IRA): se presenta de manera rápida, en horas o días, y se puede deber a diferentes causas, como deshidratación grave, infección severa o consumo de medicamentos tóxicos para el riñón. Tiene una alta frecuencia en personas hospitalizadas en unidades de cuidados intensivos, puede ser irreversible y es uno de los principales factores de riesgo para desarrollar una enfermedad renal crónica.
  • Insuficiencia renal crónica: es un deterioro progresivo e irreversible de la función renal, que ocurre por más de tres meses. Los síntomas se suelen dar cuando la función renal ha sufrido una disminución importante, por lo que habitualmente su diagnóstico es en etapas avanzadas.

Prevención de la insuficiencia renal

Para evitar la enfermedad, el Dr. Orozco aconseja:

  • Disminuir la aparición de hipertensión arterial (presión alta).
  • Controlar los niveles de azúcar en la sangre en pacientes con diabetes.
  • Reducir la ingesta de sal.
  • Evitar la automedicación de antiinflamatorios.
  • Tener un consumo moderado de proteínas.
  • Hacer ejercicio en forma regular.
  • Controlar el peso.
  • Llevar una alimentación equilibrada.
  • No fumar.
  • Beber alcohol con moderación.
  • Mantener una buena hidratación.
  • Vigilar los niveles de colesterol.
  • Conocer la historia médica familiar.
  • Realizar un chequeo médico anual, que incluya medición de la función renal, sobre todo en caso de tener historial familiar de enfermedad renal o de ser portador de diabetes, hipertensión arterial, enfermedad cardíaca u obesidad.

En la Clínica contamos con la Unidad de Medicina Preventiva, servicio que orienta en la coordinación de un completo chequeo médico preventivo, el cual está enfocado tanto a pacientes particulares como a empresas.

 

¿Trasplante de riñón o diálisis?

Cuando la función renal es menor al 15% de lo normal, se deben considerar tratamientos de reemplazo renal como trasplante o diálisis. A nivel mundial, 800 millones de personas padecen enfermedad renal crónica, mientras que, en Chile, hay casi 25 mil pacientes en diálisis. De ese total, el 56% está a la espera de un trasplante de riñón, pero solo un 25% lo consigue.

Las dos opciones principales de tratamiento para la enfermedad renal avanzada son la diálisis y el trasplante renal. Se debe tener claridad de que ambas opciones son un tratamiento, no una cura para la enfermedad. Ambas implican atención médica continua para mantenerse estable.

Tipos de diálisis:

  • Hemodiálisis: una máquina filtra los deshechos y el exceso de líquido de la sangre como lo harían los riñones si estuvieran funcionando bien. Sin embargo, este filtraje no es de manera constante, como lo haría el riñón, sino que solo se realiza mientras dura la sesión. La hemodiálisis utiliza una membrana artificial (dializador) para limpiar la sangre. El dializador se conecta al paciente a través de los vasos sanguíneos. Se debe realizar en promedio 3 veces a la semana y tiene una duración de 4 horas por sesión.
  • Diálisis peritoneal: utiliza el recubrimiento abdominal (membrana peritoneal) para filtrar la sangre. Para esto, se coloca un catéter en el abdomen para el acceso del líquido de diálisis. Esta diálisis se realiza en la casa, ya sea en forma manual o con una máquina durante la noche.

“El tipo de diálisis a elegir dependerá de la preferencia del paciente y de sus características clínicas”, enfatiza el nefrólogo.

Las principales desventajas de la diálisis son el cansancio posterior a la sesión, y otros efectos secundarios como malestares estomacales, mareos, náuseas y calambres musculares. Se debe llevar una dieta especial para reducir la acumulación de productos residuales en el cuerpo, así como limitar la ingesta de líquidos.

 

Trasplante de riñón

El trasplante renal es una operación quirúrgica que consiste en colocar un riñón de un donante vivo o fallecido para que realice todas las funciones que los riñones ya no pueden hacer: filtrar los deshechos y el exceso de líquido de la sangre de manera constante. El riñón donado se coloca en la parte inferior del abdomen, donde es más fácil conectarlo con los vasos sanguíneos y con la vejiga.

A diferencia de los pacientes que se dializan, la mayoría de los receptores de un trasplante renal no tienen que limitar su dieta ni la ingesta de líquidos, pero sí tienen que tomar medicamentos a diario y de por vida para evitar el rechazo del órgano injertado.

“Un trasplante exitoso ofrece una calidad de vida óptima. Si bien la mayoría de los trasplantes funcionan y duran muchos años, se debe tener presente que algunas personas necesitarán más de un trasplante de riñón durante su vida”, explica el Dr. Orozco.

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